La Sección de Protección Animal de la Policía Local de Palma de Mallorca, por el momento, tiene un único componente. Se trata de una sección que lleva en funcionamiento desde el año 2009 y que se prevé aumentar su plantilla para agilizar los procesos de denuncias de maltrato animal que reciben a diario los policías de barrio de la ciudad. En la actualidad, la mayor parte del trabajo que desarrolla la Sección es hacer el seguimiento de las denuncias que llegan desde el Departamento Municipal de Protección Animal, que tienen su origen en denuncias ciudadanas o informes de actuaciones de otras unidades de la Policía Local o Nacional y que luego requieren de un seguimiento. Otras de las funciones que desempeña son: servir de enlace entre el Centro de Protección Animal y la Policía Local, notificar formalmente a los propietarios de la entrada de animales en Son Reus, recogida de mascotas en domicilios de personas que han fallecido, entre otras.
En el seguimiento de un caso se hacen inspecciones conjuntas con los servicios veterinarios cuando nos informan de que hay un animal maltratado o que lo tienen en deficientes condiciones. Se hace un seguimiento y una serie de comprobaciones y al final si se tiene que denunciar alguna infracción se denuncia, y si luego procede o no la retirada del animal, se propone al departamento o en aquellos caso más graves, directamente ya se retira.
Cuando se procede a la retirada de un animal, se puede devolver al propietario si subsana las deficiencias por las que se procedió, aunque en los casos más graves, como el maltrato, el animal pasa a ser propiedad la administración y se puede poner automáticamente en adopción.
Uno de los casos más graves en el que intervino la Sección fue precisamente la retirada de una yegua. Ocurrió en el año 2021 y el seguimiento del caso comenzó al recibir noticias de que había una yegua que tenían en muy malas condiciones. La Policía Local se presentó en el lugar y dio de comer al animal y al final fue retirada se su propietario. Se le puso el nombre de “Música” y finalmente se llevó a un refugio.
Las denuncias más habituales son por molestias vecinales, que se suelen producir por ladridos o malos olores, pero también hay denuncias de tenencia en deficientes condiciones higiénicas o por no dar a los animales suficiente asistencia veterinaria.