Hace ya cuatro años que la Policía Local de Siero —una localidad de 50.000 habitantes de Asturias— se negó a realizar la cobertura de la Cabalgata de Reyes por la escasez de efectivos de los que disponían. El alcalde socialista, Ángel García se vio obligado a solicitar refuerzos a la Guardia Civil, y a partir de entonces decidió disolver la Policía Local: «Son una mafia», declaró en su momento a los medios de comunicación.
No obstante, y a pesar del intento de alcalde de eliminar a la Policía Local, ya existen dos sentencias judiciales que le han sido contrarias. Según estas sentencias, el jefe de la Policía Local, Fidel Fernández, cercano al alcalde y repudiado por el mayoritario sindicato SIPLA, ha sido condenado a un año y medio de prisión por supuestas vejaciones a un agente, al que también deberá indemnizar con 9.000 euros. Las fuentes consultadas aseguran que la resolución ha sido recurrida.
La otra resolución es protagonizada por el anterior jefe del cuerpo, José Manuel Fernández, quien previamente había pedido la apertura de un expediente a Fidel, y que ha sido absuelto de un delito de injurias graves y calumnias por defender la labor de los policías. El escrito, emitido por el juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo es firme desde el 15 de julio. Sin embargo, la situación dentro de la jefatura continúa muy tensa.
Las investigaciones parecen no quedarse ahí. La CSIF, enemistada con el SIPLA, explica a este diario que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional abrió diligencias para estudiar supuestos amaños de contratos de su sindicato enemigo, pero que al conocer los agentes «que les estaban grabando las conversaciones», supuestamente cesaron la actividad ilícita. Ambas organizaciones se acusan la una a la otra de mentir y manipular la verdad.
Disolver la Policía Local
Una de las razones por las que el Alcalde quería prescindir del cuerpo policial era la existencia de una supuesta trama de los agentes para beneficiarse de las horas extray el absentismo laboral. Así lo aseguraba el jefe de la Policía Local, Fidel Fernández, quien defendía que las horas extra se extendían hasta el «infinito» y que había quien «ni siquiera» iba «a trabajar». La jueza que llevo el caso, en cambio, no opinó lo mismo: «No ha sido acreditada la realidad de tales afirmaciones», plasmó en su sentencia.
Desde la CSIF, el otro sindicato principal del municipio, defienden a Ángel García y al jefe condenado. «Con las horas extra tenía razón el alcalde», insiste el sindicato, «cuando pidió los cuadrantes de las horas trabajadas,los quemaron», relatan sus fuentes. El modus operandi de los agentes locales de varios municipios de Asturias, según la CSIF, es duplicar su sueldo anual haciendo «una hora extra y sumando doce, como en el parchís». El texto jurídico destaca textualmente que «Fidel faltó a la verdad al asegurar que existían dos tipos de cuadrantes de horas extraordinarias, A y B, pues el sistema de trabajo es rotatorio».
En cualquier caso, estas acusaciones sentaron fatal al cuerpo y José Manuel Fernández, por entonces responsable policial, convocó una rueda de prensa en 2021 donde negó dicha trama de forma tajante. Allí, y según el escrito, no dudó en señalar al Fidel Fernández de no decir la verdad y posicionarse siempre a favor del alcalde: «[Es…] un mando intermedio al que no le importa mentir en los informescon el fin de agradar y así buscar sus beneficios personales». Fueron estas palabras por las que fue denunciado por calumnias, pero esta causa no ha prosperado. De hecho, en su fallo, la jueza observa que «Fidel Fernández faltó a la verdad» en varias ocasiones.
En sus intenciones de disolver la Policía Local, el alcalde tuvo el respaldo del Catedrático de Derecho administrativo, Alejandro Huergo, quien defendió la posibilidad de suprimir el cuerpo municipal. Pero aunque la Policía Local continúa existiendo, está absolutamente sumida en el kaos. Según el SIPLA “el alcalde] está acostumbrado a amedrentar a la gente, pero nosotros no vamos a parar. Él está deseando que nos jubilemos, pero yo estoy dispuesto a ir al juzgado aunque ya no esté trabajando».
