La mañana transcurría con normalidad en la costa de Guía de Isora (municipio de 23.000 habitantes en el suroeste de Tenerife) cuando un turista británico de 81 años se desplomó repentinamente mientras caminaba por la zona peatonal próxima a la Plaza del Llano, en el núcleo de Alcalá. El desvanecimiento, causado por un infarto, convirtió en cuestión de segundos un paseo tranquilo en una lucha contrarreloj por salvar una vida.
La primera en llegar fue una socorrista que prestaba servicio en el Muelle de Alcalá y en el área de los prismas. Sin dudarlo, inició las maniobras de reanimación cardiopulmonar mientras alertaba a los servicios de emergencia. Poco después, varias patrullas de la Policía Local se personaron en el lugar y se sumaron a la intervención, coordinando la escena y continuando con las maniobras básicas que resultan decisivas en los primeros minutos de una parada cardíaca.
La respuesta policial fue más allá. Una patrulla se desplazó con rapidez al centro de salud para trasladar al lugar a un médico y a un enfermero de Atención Primaria. La actuación conjunta, precisa y sincronizada permitió que el hombre recuperara el pulso, un resultado que refleja la importancia de la formación y la preparación tanto de los cuerpos policiales como del personal sanitario.
Una vez estabilizado, el afectado fue trasladado en una ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario al Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, donde quedó ingresado para su atención especializada. El turista había llegado días antes a Tenerife con la intención de pasar una larga temporada de descanso, una estancia que estuvo a punto de truncarse.
El suceso pone de relieve el valor de la intervención inmediata y la relevancia de las maniobras básicas de reanimación, que no solo deben dominar los profesionales de la emergencia, sino también la ciudadanía. La rápida actuación de la socorrista, la Policía Local y el personal sanitario fue clave para devolverle la vida a un hombre en apuros y demuestra que, cuando la coordinación y la preparación funcionan, cada segundo cuenta.
