La historia empezó así: un gato se coló en uno de los túneles más céntricos de la ciudad, concretamente en el que une la Plaza de España con la Gran Vía de Ramón y Cajal. Esa vía tiene un tráfico infernal a lo largo de todo el día y tiene varios carriles en ambos sentidos de la circulación. Por eso el animal estaba aterrorizado, sin moverse y completamente acurrucado.
Algún conductor dio aviso a la Policía Local que, para poder rescatar sin peligro al animal, se vio obligada a parar el tránsito de vehículos en ambos sentidos durante unos minutos. Cuando pudieron acceder al lugar en el que se escondía el gato, un agente pudo hacerse con él y colocarlo en el trasportín que había llevado hasta allí. Tras su captura, fue trasladado a un veterinario y después a una casa de acogida.
Todo el dispositivo policial para conseguir el rescate del gato fue grabado por una instagramer. La grabación rápidamente se hizo viral y tuvo muchos elogios de los usuarios de esta red social.