El malagueño pueblo de Marbella, conocido en todo el mundo por su lujoso puerto deportivo, la ostentosidad de muchos de sus habitantes y urbanizaciones, y la presencia más habitual de lo que sería deseable de la delincuencia internacional, fue testigo el pasado domingo de una espectacular persecución de la Policía Local a unos individuos que, presuntamente, cometieron varios delitos.
Todo comenzó cuando sobre las 15.20 horas del pasado día 1, desde el Centro Coordinador de Emergencias 112 Andalucía se dio aviso a la Policía Local de que, en una glorieta de la zona de Puerto Banús, un vehículo se encontraba haciendo derrapes y girando en trompo, con grave riesgo para los demás usuarios de la vía.
Personados en el lugar dos coches patrulla de la Policía Local Marbellí, los infractores, al apercibirse de la presencia policial, emprendieron una veloz huida por varias vías del municipio, llegando en su huida a entrar en la autovía A-7 en sentido contrario, circulando por uno de los carriles y el arcén de la autovía y obligando a bruscas maniobras a los conductores que circulaban en sentido correcto. Los policías continuaron la persecución del vehículo kamikaze logrando alcanzarlo una vez que abandonó la autovía por la zona de la plaza de toros, lugar donde los policías consiguieron interceptar al vehículo fugado.
En el vehículo viajaban tres jóvenes, los cuales fueron inicialmente detenidos por los policías actuantes, aunque súbitamente dos de ellos, ya esposados, emprendieron una veloz carrera a pie. Uno de los huidos trató de esconderse bajo un vehículo, pero fue localizado por un policía que lo sacó de debajo del vehículo y se lo llevó detenido. El otro fugado llegó a recorrer más de un kilómetro corriendo por las calles y no logrando ser alcanzado por los policías pese a que el individuo corría esposado; finalmente un ciudadano se ofreció a trasladar en su motocicleta a uno de los policías, quien gracias a este medio logró dar alcance al fugado y detenerle.
Durante la persecución sufrió daños uno de los vehículos policiales, aunque ninguno de los policías intervinientes resultó lesionado. Una vez en dependencias policiales, los detenidos, de 21, 24 y 25 años respectivamente, fueron formalmente acusados de los delitos contra la seguridad vial, de desobediencia, de hurto de uso al resultar que el automóvil figuraba como robado, de daños y otro contra el orden público, pasando posteriormente a disposición judicial.
