Durante tres intensas jornadas, Mollet del Vallès volvió a situarse en el mapa como una ciudad que entiende la seguridad vial no solo como un objetivo técnico, sino como un compromiso real con la ciudadanía. El V Congreso Internacional de Profesionales para la Seguridad y Educación Vial reunió a especialistas, entidades y cuerpos de seguridad que compartieron experiencias con un tono cercano, crítico y profundamente constructivo. El encuentro dejó claro que la movilidad segura es un reto que se supera con trabajo sostenido, cooperación y la voluntad firme de avanzar.
La ciudad abrió sus puertas a profesionales de distintos territorios que acudieron con la intención de aprender, aportar y sumar. La organización del congreso demostró una vez más que estos eventos son necesarios para impulsar a colectivos que trabajan, día a día, en la prevención de siniestros y en la educación vial. La reflexión colectiva giró en torno a la idea de que la reducción de víctimas no es una aspiración lejana, sino un camino posible si se combinan políticas responsables, formación constante y una visión clara de futuro.
El encuentro se desarrolló con un formato ágil, en el que se dieron a conocer proyectos educativos, iniciativas innovadoras y ejemplos reales de ciudades comprometidas con la movilidad segura. Fue un espacio de debate donde la educación se situó como eje transformador y donde se destacó la importancia de construir hábitos desde edades tempranas. La presencia de profesionales de diferentes perfiles enriqueció las conversaciones y permitió abordar la seguridad vial desde ángulos complementarios.
Uno de los momentos más valorados fue el reconocimiento a ciudades y administraciones que apuestan de manera decidida por la prevención. Estas distinciones simbolizaron el esfuerzo de muchos colectivos que, desde lo local, impulsan modelos de movilidad más humanos, más conscientes y más seguros. Como en cada edición, quedó patente que estos avances no nacen de la casualidad, sino de proyectos medidos, implicación social y convicción institucional.
La jornada final estuvo marcada por un enfoque emocional y técnico a partes iguales. Se trataron aspectos relacionados con la atención a víctimas y la gestión post siniestro, un ámbito que recuerda que la seguridad vial es también acompañamiento, respeto y memoria. El simulacro de emergencias generó un impacto notable entre los asistentes al mostrar la coordinación entre servicios operativos y la complejidad de una respuesta eficaz. La clausura, con un acto simbólico en recuerdo de las personas fallecidas, reforzó la idea de que la prevención es un deber colectivo que transforma el dolor en acción.
Las ciudades que apuestan por acoger eventos de esta magnitud demuestran que la seguridad vial es un eje de progreso, un valor social y una apuesta de futuro. Quien no estuvo allí tendrá sin duda la impresión de haberse perdido un espacio único donde se compartieron ideas capaces de mejorar la vida de miles de personas.
Los participantes coincidieron en que esta edición dejó el listón especialmente alto. Se marcharon con la sensación de haber vivido un encuentro útil, cercano y bien organizado, un espacio donde se compartió conocimiento real y donde cada aportación tuvo valor. La ciudad anfitriona volvió a demostrar que apostar por la seguridad vial es apostar por el bienestar colectivo. Para quienes deseen revivir el ambiente del congreso o descubrir lo que allí ocurrió, la galería oficial de imágenes está disponible en la web del evento en https://molletdelvalles2025.cipseviprofesional.com/ , un recorrido visual que recoge los mejores momentos de una cita que dejó huella.
