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Podemos dormir tranquilos: el “Día del Orgullo” no se celebra para que todos/as nos hagamos gais

La Policía Local de Fuenlabrada fue el primer Servicio Policial español que participó en la Marcha del Orgullo de su ciudad. Fue el 20 de junio de 2015.
Opinión

José Francisco Cano de la Vega, director de SeguCITY Digital.

El Día Internacional del Orgullo LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales) es una fecha que se celebra mundialmente cada 28 de junio. Se eligió esa fecha en conmemoración de los llamados “disturbios de Stonewall” (un bar de New York) que se produjeron en el año 1969, como protesta espontánea por la redada policial contra gais y lesbianas que tuvo lugar en ese establecimiento y en esa fecha.

Se cita esta protesta como la primera ocasión en la historia de los Estados Unidos de América (y muy probablemente en todo el mundo), en la que la comunidad LGTB luchó contra un sistema legal que perseguía a los homosexuales por el mero hecho de serlo. También se reconoce como el detonador del moderno movimiento pro derechos LGTBI en todo el mundo.

Durante las décadas de los años 50 y 60 (es decir: ayer, en términos históricos), los gais y las lesbianas debían enfrentarse a un sistema legal muy hostil. En los EE.UU. se penalizaba el sexo homosexual consentido entre adultos, incluso en el ámbito privado. Y la situación no era mucho mejor en Europa, y todavía peor en España, donde la represión hacia la homosexualidad fue una constante a lo largo de la dictadura. De hecho, en la 3ª Galería de la tristemente célebre Cárcel de Carabanchel, se agrupaban a los presos gais, junto a los presos políticos antifranquistas.

Es verdad que, durante los años 40 y 50 no existió una legislación específica que considerara específicamente a la homosexualidad como un delito, pero se persiguió a través de la figura del “escándalo público” introducido en la reforma del Código Penal de 1944. Otro instrumento utilizado para castigar a los homosexuales fue la Ley de Vagos y Maleantes, que utilizaban los jueces franquistas para reprimir lo que entonces se denominaban “desviaciones sexuales”.

Durante esos años (repito: ayer, en términos históricos), en muchos países occidentales, los homosexuales podían ser encerrados en instituciones psiquiátricas de por vida e, incluso, podían ser castrados. Durante las décadas de 1950 y 1960, la castración, la terapia emética, la hipnosis, la terapia de electrochoques, las lobotomías y las terapias de «reorientación sexual» eran los medios usados por los psiquiatras para intentar «curar» a los homosexuales de su orientación natural.

La noción básica del «orgullo LGBT» reside en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su orientación sexual o su identidad de género. Porque esa orientación o identidad sexual no es otra cosa que el ejercicio de los derechos humanos fundamentales, que son intrínsecos a cualquier persona por el hecho de serlo.

Las frases manidas: “¿Y por qué no un Día del Orgullo Hetero?” o “Ya queda muy lejos la persecución de los homosexuales”.

Los detractores del Día del Orgullo utilizan excusas variadas. Efectivamente, tergiversan el sentido del Día del Orgullo y se preguntan ¿Por qué no un Día del Orgullo Hetero?. Peo la respuesta es muy fácil: porque las personas heterosexuales, a lo largo de la historia, nunca han sido perseguidas por su orientación sexual. Que se sepa, a ningún niño le han hecho bulling en el cole por ser hetero; a nadie le han insultado en la calle por no “tener pluma”; a nadie le han agredido por besarse en la calle con una persona de un género diferente al suyo. A los gais y lesbianas, sí. Se les ha perseguido legal y socialmente durante muchos siglos. Todavía son perseguidos penalmente en muchos países y todavía son discriminados, insultados y agredidos en el nuestro.

Otro de los “razonamientos” utilizados es: “bueno, eso ocurrió hace mucho tiempo, ya se han conseguido todos los derechos, ya no hace falta dar más la tabarra con eso”. Sin embargo, los derechos conseguidos a través de la Ley todavía no se han transformado en una plena aceptación social.

Según los datos oficiales, las infracciones penales de odio contra el colectivo LGTB se incrementaron un 25% en España en 2023. Y un crecimiento importante se ha venido registrando cada año, desde que se registran estas estadísticas.  La orientación sexual y la identidad de género son el principal motivo de las sentencias por delitos de odio, según la Memoria Anual de la Fiscalía.

El fiscal de Sala Coordinador de la Unidad de Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía General del Estado, Miguel Ángel Aguilar, ha asegurado que se piensa que solo cometen este tipo de delitos personas radicalizadas, cuando la mayoría no lo son. Se ha referido al incremento de estos delitos en el ámbito de la LGTB-fobia porque sus víctimas «ahora son más visibles para los intolerantes” y calcula que más del 80% del total de los delitos que se producen no se denuncian. Resumiendo: el problema todavía no ha desaparecido, ni mucho menos. Incluso dentro de los propios servicios policiales, en los últimos años, se han producido condenas judiciales por acoso de compañeros y mandos a policías del colectivo LGTBI.

Los servicios policiales deben comprometerse expresamente contra la LGTB-fobia y en apoyo de sus víctimas.

 ¿Hay alguien que cuestione la participación de los servicios policiales españoles en concentraciones o actos institucionales contra el terrorismo? ¿Hay alguien que cuestione su participación en concentraciones o actos institucionales contra la violencia de género? No, ¿verdad? Pues éste, todavía, es un problema de gran importancia y los y las policías debemos comprometernos abiertamente con las víctimas del delito, para ganar su confianza y favorecer que pierdan cualquier reticencia a denunciar las agresiones de que son objeto.

Ya son muchos los servicios policiales europeos, también algunos españoles, que participan de una forma u otra en las marchas del Orgullo. Y lo hacen, porque ya son conscientes que no se celebran para extender la homosexualidad, sino, nada más y nada menos, que para defender la libertad y los derechos humanos.

P.S. Recomiendo ver el vídeo de la ONU que aparece al final de este artículo.

Marta Reina, agente trans de los Mossos d’Esquadra

Boda entre una policía nacional y una guardia civil

Grupo de policías LGTB de diversos países europeos. Foto Gaylespol.

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