Publicidad

La adscripción a la Fiscalía de una unidad de la Guardia Urbana de Barcelona confirma la necesidad de actualizar la LOFCS

Foto de archivo
Opinión, Portada
La creación de una unidad de la Guardia Urbana de Barcelona destinada a colaborar estrechamente con la Fiscalía —cinco agentes y un sargento que actuarán como policía judicial para combatir la multirreincidencia— es un avance operativo de gran calado para la seguridad local. Anunciada recientemente por las autoridades municipales y fiscales, la iniciativa busca agilizar investigaciones y fortalecer la respuesta penal frente a delincuentes que concentran múltiples detenciones y hechos delictivos.

No obstante, conviene matizar una percepción inicial difundida por algunos medios: la adscripción de unidades de Policías Locales a la Fiscalía no es la primera vez que se produce en España. Las memorias y documentación de la Fiscalía recogen la presencia y evolución de unidades adscritas vinculadas a la Policía Municipal de Madrid, especialmente en materia medioambiental y en investigación de siniestros laborales. Además, la normativa y órdenes ministeriales ya contemplaban la figura de la «Unidad Policial Adscrita a la Fiscalía». Estos antecedentes muestran que hay precedentes institucionales sobre los que se apoya la iniciativa barcelonesa.

Pero este matiz en absoluto resta importancia a lo anunciado en Barcelona: la novedad relevante radica en el ámbito de actuación (multirreincidencia y delitos contra el patrimonio con alta reiteración), la integración operativa desde dependencias fiscales y la especialización para funciones de policía judicial en un entorno urbano con elevados índices de delitos reiterados. La unidad barcelonesa está pensada para intervenir en diligencias urgentes, investigaciones pre- y postprocesales, casos de violencia de género y en inspecciones municipales vinculadas a explotación laboral o actividades ilícitas, además de facilitar la instrucción de diligencias por parte del Ministerio Fiscal.

Una Ley Orgánica cada vez más obsoleta

Que existan ya unidades de Policías Locales adscritas a fiscalías pone de manifiesto dos problemas estructurales con la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (LOFCS) pone de manifiesto:

▪        Un marco normativo que cada vez está más distanciado de la realidad: cada día que pasa, la LOFCS no refleja con precisión las formas contemporáneas de colaboración funcional y operativa entre fiscalías y Policías Locales (ni la creciente especialización de estas últimas). Iniciativas como las de Madrid o Barcelona y otras ligadas al Convenio para la participación de las Policías Locales en las funciones de Policía Judicial (suscrito entre la FEMP y el Ministerio de Interior) se han desarrollado, en buena medida, mediante instrumentos administrativos, memorias fiscales y convenios, más que por un encaje estatutario claro en la ley orgánica.

▪        Seguridad jurídica y homogeneidad: la dispersión de soluciones locales (unidades adscritas con distintos ámbitos, modalidades y competencias) genera variabilidad territorial en competencias, procedimientos y formación. Una actualización legal debería clarificar la figura de las unidades adscritas, sus competencias como policía judicial, su régimen de coordinación con Fuerzas y Cuerpos de ámbito autonómico y estatal, y los requisitos formativos y de control.

Propuestas de las jefaturas de Policía Local

Desde hace años, la Unión Nacional de Jefes y Directivos de Policía Local (Unijepol) viene planteando la necesidad de una reforma importante de la LOFCS por la vía que ha entendido puede ser menos conflictiva: la aprobación de una Ley de Seguridad Local o de Policías Locales que actualice, clarifique y amplie las competencias de los municipios en materia de seguridad y las funciones de las Policías Locales.

En relación a la noticia que hoy nos ocupa, me atrevo a lanzar algunas propuestas en ese sentido:

  • Reconocer legalmente la figura de la Unidad de Policía Local Adscrita a la Fiscalía, con un marco homogéneo para su creación, competencias y límites.
  • Establecer requisitos mínimos de formación, protocolos de actuación conjunto y criterios de rendición de cuentas (para evitar duplicidades y garantizar la protección de derechos).
  • Regular procedimientos y herramientas efectivos de coordinación entre Policías Locales, Autonómicas, FCSE y el Ministerio Fiscal, preservando la seguridad jurídica, así como la eficacia y la eficiencia en la actuación policial.
  • Facilitar instrumentos de intercambio de información e inteligencia adaptados a la protección de datos y a la eficacia procesal.

Comparte la noticia:

Publicidad




No te pierdas ninguna noticia de SeguCITY. Suscríbete a nuestro canal de Whatsapp.
Otras noticias de Opinión, Portada
Publicidad




Publicidad




LO MÁS LEÍDO DE LA SEMANA