El jefe de la Policía Local de Orihuela, José María Pomares, mantiene su postura en su conflicto con el Ayuntamiento. De vacaciones «forzadas» hasta su jubilación forzosa el próximo 18 de septiembre, ha recibido el pasado martes la notificación que deniega su petición de declarar nulas las bases de la convocatoria para el puesto de coordinador de los servicios de derechos sociales, deportes y educación, así como el desarrollo de las políticas estratégicas en estos servicios, con el que el equipo de gobierno cierra la estructura de los cuatro nuevos altos cargos de libre designación, con un coste de 400.000 euros al año en sueldos.
Pomares, que es uno de los tres aspirantes a este puesto, avanza que interpondrá en el plazo de un mes un recurso de reposición contra la contestación que ha recibido del Consistorio. Para ello, ha solicitado una copia completa del expediente administrativo.
El Ayuntamiento desestimó íntegramente el recurso de Pomares que argumentaba que es un puesto de libre designación, pero no arbitrario, es decir, que la decisión debe estar motivada. Incluso, apostó a decir el nombre del candidato que, a su juicio, sería el elegido por el alcalde, Pepe Vegara, que es el que debe elevar su propuesta a la junta de gobierno.
Este es uno de los conflictos que mantiene el comisario con el Ayuntamiento en una “guerra abierta” que se hizo patente desde que en abril se decretara su jubilación a los 65 años, pese a que solicitó continuar hasta los 67.
El comisario ha llegado a registrar un escrito para denunciar que está siendo sometido a acoso, a través de controles excesivos y amenazas de expedientes disciplinarios, para desprestigiarle personal y laboralmente. La denuncia la dirigía contra su superior directo, la concejala de Seguridad Ciudadana, Mónica Pastor, y el alcalde, como jefe de la Policía.
Solo dos días después, el bipartito respondía con un decreto que firmaba la edil de Recursos Humanos, Agustina Rodríguez, y el secretario municipal para nombrar jefe del Cuerpo al intendente Rubén Selma durante las vacaciones que Pomares tiene pendientes de disfrutar, que son hasta el 18 de septiembre, fecha en la que, si no lo evita la justicia, iniciará su jubilación forzosa.
