En éstos quince años se ha configurado como un referente a nivel de la Comunidad de Castilla y León y también a nivel nacional, consolidándose como unas de las unidades caninas con más prestigio, a través de la implantación del denominado “marcaje lapa”, una técnica poco invasiva de marcaje que incluso se ha instaurado en las prisiones.
En declaraciones al Diario de Burgos, el inspector Romo, que fue el impulsor de la creación de la Unidad, manifestó «Pensé que debíamos tener presencia en los colegios porque el trapicheo era una cosa que me preocupaba y que a muchos padres también. Así que propuse a mis superiores importar lo que había visto en otras provincias para nuestra policía», rememora Romo.
Javier Macho, actual oficial y responsable de la unidad, ha convertido a la organización burgalesa en referente. «Cuando jubilamos a los dos perros de intervención apostamos por la detección de drogas. Me formé durante medio año en Madrid con el Ejército y patenté el marcaje lapa. Una técnica mucho menos invasiva y eficaz. Los perros sólo tocan con el hocico dónde está la sustancia o si se ha consumido, pero nunca muerden», explica.