Todos los cuerpos de Policía Local desean poseer herramientas que les permitan aumentar su capacidad operativa desde el aire con drones. Algunos ayuntamientos ya han incorporado los UAS desde hace años, como Sagunto (Valencia). Otros lo están haciendo en esta temporada, como la Policía Local de Gandía (Valencia) y los que no han podido hacerlo, lo harán en la temporada siguiente, o la otra. Especialmente, en temporada estival. Es cuestión de tiempo o de quedarse anclados en el pasado.
En algunos ayuntamientos se ha enfocado la utilización de drones hacia el salvamento marítimo, apoyando a los socorristas en la playa. Operados directamente por el servicio de socorristas (los llamados legalmente Servicios NO EASA directos) o subcontratando a empresas externas (Servicios NO EASA indirectos).
Otros ayuntamientos lo han hecho enfocando su uso más hacia la seguridad ciudadana, incrementando así la capacidad operativa de sus Policías Locales. Muchos son operadores policiales no EASA directos y otros han optado por la subcontratación. Pero: ¡ojo! que los que subcontraten han de comprobar previamente el cumplimiento íntegro de la normativa por parte de las empresas subcontratadas. La cosa no es tan sencilla, como que el contratista municipal de las hamacas también vuele el dron y lo vea en su pantalla la Policía Local (sí, no es ninguna broma; quién esto escribe lo ha podido ver con sus propios ojos). Cuidado con el estricto cumplimiento de la normativa, porque la Policía Local debe dar ejemplo. No sólo de la normativa aeronáutica, sino también la de protección de datos e, incluso, la cadena de custodia de las imágenes para aportarlas como prueba en caso necesario.
El futuro está llegando en el presente. El caso es que las playas de España estarán mejor protegidas ante incidentes con bañistas a los que, en unos segundos, les podrá llegar un dron que les lanzará un salvavidas. También se reforzará la seguridad con vigilancia policial sistemática. Los amigos de lo ajeno tendrán que tomar más precauciones, porque tendrán de forma constante los ojos de los agentes policiales, que se anticiparán a que se produzca el hurto, o poseerán grabaciones que servirán para identificar a los autores de estos hechos unas horas después.