Rosa Ana Gallardo Campos presenta su libro sobre mediación policial, con ese título. Dice esta autora que el germen de la mediación policial fue el proyecto de convivencia en las aulas, y “sus inicios fueron marcados por la creatividad, la improvisación y la pasión por una nueva manera de entender el rol policial en la sociedad”.
Tras cerca de 20 años de camino, la Policía Local de Vila-Real (municipio de 52.000 habitantes de la provincia de Castellón) cuenta con un Equipo de Mediación Policial ya consolidado y reconocido. Rosa Ana ha estado al frente durante toda su evolución, y fruto de su trabajo y experiencia en esta materia, ha visto la luz el libro de su autoría titulado “El perfil del mediador y mediadora policial: actitud con aptitud”, que ha presentado hace unos días.
El modelo de mediación policial de la Policía Local de Vila-real, ha trascendido las fronteras locales, influyendo positivamente en prácticas de seguridad y convivencia a nivel global promoviendo, por tanto, una cultura de paz social y convivencia. Es el “modelo de intervención policial con efectos pacificadores”, dice la Rosa Ana.
Hoy, la mediación policial es, además de una herramienta poderosa que resuelve problemas, un modelo que también promueve valores de convivencia, entendimiento y justicia social, convirtiéndose en un referente para el trabajo policial en el siglo XXI. La Mediación Policial no es un «extra» o un «complemento», ni siquiera una “moda”, sino un pilar necesario en el modelo de policía del siglo XXI.
En el libro se contempla la mediación policial como “la mediación ofertada por los y las policías en el marco de la Institución. Por lo común, el procedimiento se realiza en las instalaciones policiales y los y las policías intervienen de uniforme; el ámbito de actuación es la gestión de la convivencia; su fuerza radica en la confianza que los y las ciudadanas depositan en la institución y en los y las policías. De manera significativa va mejorando e incrementándose la colaboración con organismos públicos como los Juzgados, Servicios Sociales y Educativos, Ayuntamiento, etc. Así como, en el ámbito privado, en las asociaciones y entre la ciudadanía a título personal, lo que legitima el procedimiento como útil, eficaz y eficiente”.
La mediación policial surge como una herramienta eficaz para cumplir con el mandato legal de gestionar conflictos de manera eficiente y de forma proactiva. Es por esto que el papel del mediador y mediadora policial, a entender de la autora, debe centrarse en ser un gestor o gestora de la convivencia, transformando realidades conflictivas en convivencia, y que luego, por supuesto, conociendo la ley, en aquellas cuestiones que proceda, y cuando las personas implicadas, protagonistas activas, necesiten ejecutar los acuerdos de mediación policial legalmente, se les dé traslado al operador jurídico adecuado para garantizar su validez y cumplimiento.