Según un comunicado de la Policía Local de Palma de finales de junio, la Sala del 092 recibió un aviso que alertaba de unas posibles obras ilegales en el interior de un local comercial de una barriada de la ciudad. A su llegada al inmueble, los agentes de la Unidad de Seguridad Integral (USEI) pudieron observar cómo se estaban llevando a cabo unas obras, consistentes en la subdivisión del local en diversas estancias, localizando en su interior a un operario.
Las obras, de gran magnitud, incluían la división tanto de la planta baja, como la planta sótano, en varias estancias. Se habían creado 10 habitaciones por planta, sumando 20 habitaciones en total, debidamente numeradas. A su vez, se había establecido una zona con baños, cuadros eléctricos de gran tamaño y calentadores de agua.
Algunas de las habitaciones ya habían sido ocupadas, manifestando sus moradores que se las habían alquilado por 630 euros al mes, más un mes de fianza. Los agentes comprobaron que dichas estancias carecían de cocina y baño. A la vista de tales hechos, los agentes procedieron a confeccionar con carácter de urgencia un informe dirigido al Departamento de Disciplina y Seguridad de Edificios del área de Urbanismo, Vivienda y Proyectos Estratégicos.
La escasez de viviendas en las Islas Baleares y los altos precios de las mismas, hace que las personas trabajadoras que como consecuencia de la temporada estival vienen a las islas tienen grandes dificultades para hospedarse y, al mismo tiempo, eso repercute en la falta de personal para ocupar los puestos de trabajo en la hostelería.
Esto también ocurre para los funcionarios públicos de todo tipo (policías, médicos, administrativos etc.), y esta situación da pie a que proliferen las viviendas turísticas ilegales y las personas que se aprovechan de la situación para realizar barbaridades como el detectado en este caso por la Policía Local de Palma.