Poco a poco vamos conociendo algunas heroicas historias de la DANA protagonizadas por las Policías Locales de las localidades más afectadas, por ejemplo en Cheste. Las lluvias torrenciales desatadas por la DANA en Cheste el pasado 29 de octubre provocaron una situación de emergencia sin precedentes, que llevó a la Policía Local a realizar un heroico operativo de rescate. Gracias a la rápida intervención de los agentes y al apoyo de un vecino del pueblo, 17 personas, entre ellas nueve niños y un bebé de dos meses, pudieron ser puestas a salvo.
A las 10 de la mañana, la Policía Local recibió la primera llamada de emergencia. Una mujer y sus dos perros se encontraban atrapados en su vivienda y en riesgo de ahogarse por la subida del nivel del agua. Los policías actuaron rápidamente y consiguieron rescatarla junto a sus mascotas. Por la tarde, a partir de las 16 horas, la situación se agravó con una segunda ola de lluvias de gran intensidad, generando más de 400 llamadas a la central de la Policía Local en menos de dos horas, muchas de ellas solicitando auxilio por inundaciones en sus hogares.
Entre las intervenciones más críticas, una patrulla compuesta por un oficial y un agente se desplazó hasta el cauce del barranco del Poyo, a la altura del circuito Ricardo Tormo. Allí, los policías rescataron a dos mujeres atrapadas en un vehículo que estaba siendo arrastrado por el caudal. Sin dudarlo, los Policías se lanzaron al agua y, con gran esfuerzo, lograron llevar a las ocupantes hasta la orilla, salvándolas de una situación alarmantemente peligrosa para sus vidas.
Otra operación de alto riesgo fue realizada por el inspector Daniel Gallardo y un guardia rural, quienes lograron evacuar a 14 personas, entre ellas nueve niños pequeños, de varias viviendas inundadas. En el último rescate, en el que trasladaban a un bebé de dos meses, una niña de dos años, un niño de cinco años y su hermano mayor, el vehículo policial quedó atrapado por una fuerte corriente en el barranco del Barranquet, sin posibilidad de avanzar ni de retroceder. Durante 40 minutos, los policías y los niños permanecieron atrapados en el vehículo policial, mientras el caudal aumentaba peligrosamente. La situación se tornó crítica, y los agentes comenzaron a despedirse a través de sus emisoras de sus compañeros, y a enviar mensajes de despedida a sus familias.
Justo cuando el vehículo estaba a punto de ser arrastrado, el policía que presta su servicio en el retén, salió a la calle y paró a un tractor, indicándole el lugar y la situación crítica en la que se encontraban el inspector, el guardia rural y los niños. Luis Masia, un vecino del pueblo, logró llegar al lugar con su tractor. En un acto de valentía, ayudó a los agentes a poner a salvo a los menores, llevándolos uno a uno hasta la cabina de su tractor. Una vez los niños estuvieron seguros, los policías subieron también y pudieron evitar la tragedia por segundos.
Gracias a la valentía y rápida intervención de la Policía Local y a la ayuda inestimable de Luis, se pudo salvar la vida de estas personas en una jornada marcada por el riesgo, la solidaridad y la valentía.