En un muy concurrido barrio turístico de la capital granadina, dos policías locales observaron como dos mujeres se acercaban a un grupo de turistas chinas, y mediante la técnica de distraer a la víctima, una de las mujeres se acercó por delante para hablarle a una de las integrantes del grupo, en tanto que la otra se acercó por detrás para, aprovechando la distracción, sacarle del bolso el teléfono móvil.
Aunque las autoras del hurto actuaron con diligencia y desenvoltura, no se dieron cuenta de la presencia en las inmediaciones de la patrulla de policías locales, quiénes inmediatamente acudieron en auxilio de la víctima.
En este tipo de hurtos, generalmente sus autores suelen proceder a “pasar” rápidamente el objeto sustraído a una tercera persona, de manera que si alguien sospecha de ellas no les encontrarán nada. Aunque en esta ocasión, la rapidez en la llegada de los policías no les permitió esta maniobra, ocupándosele a una de las mujeres el móvil sustraído.
A pesar de todo, las autoras del hurto trataron de evadir su responsabilidad aduciendo que el móvil era de ellas, coartada que resultó fútil cuando los policías activaron el móvil y en su pantalla aparecieron grafismos chinos.
En su posterior denuncia, la víctima valoró el móvil en más de 1.500 euros, por lo que las autoras fueron detenidas y puestas a disposición judicial por la presunta comisión de un delito de hurto.