Las Policías Nacional y Local de Málaga llevaban tiempo tratando de dar caza a este escurridizo ladrón de 55 años de edad y caracterizado por utilizar sus habilidades trepando por las paredes para entrar a las viviendas a través de las ventanas o de los balcones y apropiarse de los objetos de valor que en ellas encontraba.
Torremolinos, conocidísimo pueblo de la provincia de Málaga, que actualmente cuenta con 70.000 habitantes, venía siendo el escenario preferido de este característico ladrón, donde los cuerpos policiales venían rastreando su presencia tratando de lograr su detención, y desde los que se habían difundido notas dando cuenta de las características físicas de este individuo por si alguna persona podía aportar información.
En éstas se encontraba la situación, cuando sobre las 16.30 horas del pasado día 22 de octubre, en la Jefatura de la Policía Local de Torremolinos se recibió una llamada telefónica de una persona informando de que en una casa ocupada de la Barriada de La Colina, habían observado la presencia de un individuo que respondía a las características físicas aportadas por la policía.
Conocida la peligrosidad del presunto autor de tantos robos, y su mostrada facilidad para escabullirse, el responsable de servicio de la Policía Local dispuso que ocho efectivos policiales se desplazasen al domicilio indicado por el ciudadano informante, y que se procediese a su detención, aunque a los policías intervinientes se les habría de complicar seriamente su función.
De este modo, los policías intervinientes procedieron a su llegada a rodear la vivienda en situación de abandono donde supuestamente se ocultaba el presunto autor de los robos, entrando por un patio, una puerta y dos ventanas que la casa ofrecía, aunque el individuo en cuestión se había percatado de la presencia de los policías, y lejos de entrarse o tratar de salir huyendo, se armó con un cuchillo y un palo de grandes dimensiones y salió en busca de dos de los policías que entraban por el patio acometiendo contra uno de ellos tratando de alcanzarlo con el cuchillo y el palo; al lograr el policía esquivar los golpes, el agresor optó por salir huyendo por la puerta de la vivienda, encontrándose con que por ese lugar se encontraba otro policía. Al verse rodeado, el individuo gritó “os tengo que matar, perros” al tiempo que acometía contra los policías usando el cuchillo y el palo contra ellos y, según el relato de los policías, haciendo que el cuchillo pasase a escasos centímetros del cuerpo de uno de los policías; este policía corrió al interior de la vivienda siendo perseguido por el individuo tratando de agredirlo con las dos armas que portaba, por lo que el policía se vio obligado a extraer su arma de fuego reglamentaria haciendo varios disparos al suelo, uno de los cuales impactó en un pie del agresor.
Tras ello, y a pesar de encontrarse herido emprendió la huida por la vivienda al tiempo que gritaba “si queréis detenerme me tendréis que matar”, encerrándose en una habitación. Finalmente, tras negociar los policías su entrega, éste accedió a ello siendo finalmente detenido y trasladado a dependencias policiales.
