En el municipio malagueño de Torremolinos, el servicio de emergencias 112 recibió una llamada sobre las 19.45 horas del pasado domingo día 7 alertando de que una persona necesitaba asistencia médica tras haber entrado en parada cardiaca. Personados en el lugar los servicios de asistencia médica, éstos se encontraron a un varón tumbado inconsciente en el suelo, a quien los policías allí presentes le estaban practicando maniobras de reanimación. Los servicios médicos se pusieron inmediatamente a tratar de reanimar a esta persona, desistiendo momentos después de ello al verificar que esta persona había fallecido.
Una patrulla de la Policía Nacional se desplazó al lugar, tras recibirse aviso de que una persona había entrado a robar en un establecimiento de componentes de telefonía móvil y que el propietario del establecimiento y varios clientes se habían salido del local y cerrado éste, dejando al presunto atracador encerrado en su interior.
A la llegada de los policías, tras abrir la puerta del local, éstos se encontraron con que el presunto atracador estaba en un fuerte estado de agitación, al tiempo que amenazaba a los policías con unas tijeras que blandía en sus manos. Dada la situación de enorme excitación mostrada por este individuo, y su actitud amenazante, los policías intervinientes optaron por emplear la pistola Táser de que van dotados contra la persona que les amenazaba, que cayó inmediatamente al suelo.
Al acercarse, los policías observaron que el individuo en cuestión estaba en estado inconsciente y sin respiración, por lo que comenzaron rápidamente a practicarle maniobras de reanimación (RCP), siendo luego reemplazados en esta labor por los servicios médicos desplazados al lugar, quienes terminaron por diagnosticar el fallecimiento de esta persona, quien resultó ser un varón de 35 años de edad.
Familiares del fallecido denuncian violencia policial
En declaraciones efectuadas en el programa televisivo “En boca de todos”, familiares de la persona fallecida denunciaron que todo se había debido a un exceso cometido por los policías y que el fallecido no había entrado al establecimiento a robar, sino a comprar un cargador para su móvil.
Estas personas allegadas al fallecido expresaron que su familiar se había quedado sin batería en el móvil, y que había entrado en un kebab existente frente a la tienda de móviles para que le prestasen un cargador, pues estaba sin batería y tenía necesidad urgente de hacer una llamada; y que como no pudieron facilitarle ningún cargador optó por entrar a la tienda de móviles a comprar uno.
En sus declaraciones a ese medio televisivo, los familiares refirieron que el propietario del kebab ratifica lo que ellos dicen, e incluso algunas de estas personas dijeron disponer de vídeos que muestran al fallecido tranquilamente sentado en el local donde lo habían dejado encerrado al creer equivocadamente que pretendía robar; afirmando que igualmente se puede ver en los videos obtenidos como a la llegada de los policías, el ahora fallecido se dirige a ellos de manera completamente tranquila.
Los amigos del fallecido solicitaron que se recaben las imágenes de las cámaras que pueda haber en el local y en los espacios cercanos. Además de ello, dado que la policía dispone de un protocolo de actuación para el empleo de estas armas que incluye la grabación de la intervención con las cámaras corporales que portan, es de suponer que estas imágenes servirán para definir lo exactamente sucedido.
Fuentes policiales refirieron que será la autopsia la que deberá determinar las causas de la muerte e igualmente precisar las posibles razones de la supuesta excitación mostrada por la persona fallecida.
