El periódico local “La Tribuna de Albacete” publicó el pasado 4 de noviembre una extensa entrevista a Pascual Martínez Cuesta, jefe de la Policía Local de Albacete durante 33 años y presidente nacional de Unijepol. Al considerar que su interés excede con mucho el ámbito local, publicamos a continuación el texto íntegro de dicha entrevista.
Pascual Martínez Cuesta ha sido intendente jefe de la Policía Local de Albacete desde 1991, hasta su jubilación, con un paréntesis de tres años en los que permaneció al frente de la Dirección General de Protección Ciudadana del Gobierno de Castilla-La Mancha. Actualmente es presidente de la Unión Nacional de jefes y Directivos de Policía Local (Unijepol).
Se convirtió en intendente jefe de la Policía Local de Albacete en 1991, ¿cómo fueron esos primeros años?
Llegué a la Policía Local de Albacete a finales de 1987. Yo venía de las Fuerzas Armadas, era teniente del Ejército de Tierra. Estuve aproximadamente tres años en esa función de segundo de la Policía Local y en la primavera de 1991 se marcha el que ejercía las funciones de jefe y accedo a la jefatura. Accedo al cargo por una cuestión simplemente jerárquica, era el mando de mayor categoría.
En su carrera ha vivido muchos cambios, como la inauguración de la nueva sede de la Policía Local.
En esos primeros tiempos estábamos ubicados en el semisótano de lo que era la plaza de la Catedral frente al Ayuntamiento, ahora parte de lo que es el Museo de la Cuchillería. El espacio era reducido, minúsculo, aunque al final se fue ampliando.
Finalmente, las circunstancias de la construcción aconsejan abandonar el espacio y tenemos que hacer una adaptación entre la entreplanta del actual Ayuntamiento y ese bajo donde estábamos. Eso ocurre en la alcaldía de Carmina Belmonte y en la de Juan Garrido y cuando llega Manuel Pérez Castell, que es uno de los mejores, sino el mejor alcalde, que ha tenido esta ciudad, él preocupado por la situación en la que nos encontrábamos, tiene la habilidad y la fuerza suficiente como para articular una fórmula que nos permite abordar la construcción de una jefatura para la Policía Local. Con lo que se pudo hacer el primer edificio destinado a la Policía Local de Albacete, en sus 171 años de historia. Ese es uno de los hitos importantes que he vivido al frente de la Policía Local y el papel de Manuel Pérez Castell fue absolutamente fundamental. El proyecto duró tres años, hasta que en octubre de 2006 se pudo inaugurar.
También ha vivido esa ampliación del Cuerpo.
El cuerpo de la Policía Local, estaba integrado por poco más de 100 agentes y algún pequeño grupo de auxiliares en materia de conductores de grúa y de administración. De ahí a 2024, que es cuando dejo la jefatura, han ocurrido muchas cosas. La evolución del Cuerpo de la Policía Local, su modernización, el incremento de recursos de todo tipo y su mayor profesionalización, con mejores recursos, ha sido una pasión para mí, porque mi pasión es el servicio público, el servicio a la ciudadanía.
Dentro de su labor al frente de la Policía Local, ha tenido que luchar, durante años, contra fenómenos como el botellón, al que finalmente se ha puesto fin, pero que presentó problemas como las macro quedadas realizadas por redes sociales.
Sí, ese fue uno de los episodios importantes, probablemente no el más importante, pero sí lo fue en aquel momento, porque era un fenómeno extendido por todas partes, no sólo en Albacete, y que, tuvo episodios complicados. Fue un trabajo bien hecho, que también se inicia con Castell, intentando evitar los macro botellones que se producían en el entorno de la Universidad cada fin de semana. Ahí realizamos un trabajo, muy importante, no solamente de vigilancia, sino también de convencer de los problemas que aquello tenía y que podían derivar en problemas, ya no sólo de salud, sino también de orden público o de deterioro de lo público. Hubo que tomar medidas drásticas a veces, con despliegues importantes, prohibiendo e impidiendo la concentración. Poco a poco se fue reduciendo a momentos puntuales, como la Feria o el Jueves Lardero. Al final, con la aparición de la Ordenanza Cívica de Convivencia se prohibió. El comportamiento ciudadano ha facilitado el objetivo, que era proteger el interés general.
También vivió muy de cerca el fenómeno de la prostitución en la calle, que costó un tiempo erradicar.
Fue incluido en la misma ordenanza que el botellón. Sin embargo, la prostitución en la vía pública, desde mi punto de vista y con todos los respetos, se le dio más importancia que la que realmente tenía, no digo que no la tenga, que la tiene, especialmente si pensamos en las personas que lo sufren, pero realmente hubo más alarma de lo que realmente se estaba produciendo. Las zonas eran muy limitadas y había un número de personas que practicaban la prostitución reducida, aunque sí que generaba mucha alarma social, por eso era necesario erradicarlo, para que la vía pública sea un lugar agradable, de uso de todas las personas.
Imagino que uno de los momentos más difíciles que le ha tocado vivir como jefe de la Policía Local fue la pandemia.
La época de la pandemia fue muy dura, en todos los sentidos, era muy complicado separar lo profesional de lo personal y la dedicación tenía que ser máxima. Creo que todos los servicios en general, evidentemente los sanitarios fueron muy visibles, dieron lo mejor de sí, fueron por encima de sus capacidades y de sus posibilidades, no se tenía en cuenta ningún tipo de restricción horaria y yo recuerdo la pandemia como uno de los momentos más duros que me ha tocado vivir. En el Ayuntamiento de Albacete, tuvimos por un lado acierto y por otro lado suerte, en el sentido de que los recursos se coordinaron muy bien y las reuniones de coordinación de acciones fueron extraordinarias. Tengo que destacar aquí la labor del alcalde y el vicealcalde, Vicente Casañ y Emilio Sáez y principalmente de la concejal María José López. Con todos los jefes de servicio se hizo un trabajo extraordinario y nos coordinamos con el resto de administraciones, la Junta de Comunidades principalmente en su papel sanitario y el Gobierno a través del subdelegado que, con Policía Nacional y Guardia Civil, creo que hicimos una labor importante. Gracias a esa suma de esfuerzos, a esa solidaridad, a esa entrega sin medida de todas las capacidades, salvamos esa situación de la mejor manera posible. Fue, personalmente, una prueba de fuego importante, de cuyo resultado estoy satisfecho.
A pesar de los temas tratados, ¿cree que Albacete es una ciudad segura?
Albacete es una ciudad segura, lo dicen los datos. Albacete ocupa los primeros lugares entre las ciudades más seguras de España, siendo España un lugar muy seguro en el contexto internacional. Además, en la otra seguridad, la que uno percibe, la subjetiva, la que se siente cuando se pasea por las calles, también es alta. Ponemos siempre como bandera la Feria, que con tantos cientos de miles de personas que se concentran durante pocos días en la ciudad, los incidentes sean tan pocos. De esa seguridad son protagonistas los vecinos de Albacete. Nosotros intentamos aportar nuestros conocimientos y capacidades para ayudar, pero sin ellos sería absolutamente imposible.
La Policía Local de Albacete ha vivido un par de episodios que han dañado su imagen, como el que se pusiera en duda la legalidad de los exámenes de acceso y la condena de un agente por asesinato.
Es duro porque hablamos de personas con las que se está trabajando e incluso con los que se han alcanzado logros profesionales significativos. En este caso, sobre todo en el segundo de los temas, no creo que sea un tema de la Policía. Es una circunstancia particular, personal, donde una persona se convierte en otra cosa, no desde la Policía, sino desde lo que es un ser humano, se equivoca y comete un delito por el que está pagando la pena correspondiente.
En el otro caso, personas sin escrúpulos las tenemos en todas partes. Un aspirante, interpreta que tiene una información que no tiene, dice que él está por encima de todo y contamina un procedimiento que estaba siendo absolutamente transparente y absolutamente limpio. Creo que se reaccionó bien, se paralizó el proceso hasta que se clarificó lo que estaba ocurriendo y cuando se vio que no estaba generando ningún problema para el proceso, más allá del escándalo, que se pudo montar alrededor, se continuó y se terminó ese proceso.
En los últimos años, ha tenido que enfrentarse con el Sindicato Profesional de Policías Locales en los tribunales, que finalmente le han dado la razón a usted.
Se cumplen ahora siete años desde que, de una manera absolutamente ignominiosa, injusta, muy malintencionada y buscando unos determinados privilegios, en contra del interés general que yo he defendido siempre y, en contra del servicio a la ciudadanía al que he entregado buena parte de mi vida, decidieron inventar una denuncia, que llevaron a la vía penal. Hay una persona que mueve esto, que se esconde detrás de las siglas de un sindicato y otras dos personas más, que se reúnen en comisión en un momento determinado y deciden denunciar hechos que no tienen nada que ver con la realidad que, en primera instancia, el juzgado ha archivado, lo cual no quiere decir que haya finalizado, porque lo han recurrido. Yo estoy esperando que se resuelva ese recurso. Han sido años de sufrimiento que he intentado llevar de la mejor manera posible y que no influyeran negativamente en mi labor.
También presentó un recurso en el Juzgado de lo Contencioso contra su jubilación forzosa, que finalmente ha sido desestimado, ¿cómo ha vivido ese proceso?
El proceso todavía está abierto, porque también está recurrido. Ha sido algo que he vivido mal, porque creo que no es justo, se ha faltado a la verdad, a la palabra y a la lealtad que creo que yo siempre he prestado y que en este caso no he recibido.
Se me aplicó una jubilación forzosa sorprendente porque ya se había decidido en ámbitos administrativos y políticos del Ayuntamiento, que mi continuidad iba a ir un poco más allá de los 65 años, que cumplía en abril de 2024. A finales de mayo se me dice que me tengo que marchar en julio. Yo me fui al contencioso e inicialmente, en primera instancia, el juzgado ha desestimado la demanda, al contrario de lo que ha ocurrido en otros juzgados de provincias próximas como Valencia o Alicante. No ha sido el final que a mí me hubiera gustado y alguien se puede sorprender si digo que yo quería jubilarme antes de cumplir esa edad, pero no quería irme sin que estuviera archivado el otro asunto, por el hecho de que en la denuncia estaba, de alguna forma, en cuestión mi trayectoria y mi dignidad y yo quería irme con ese archivo.
¿Se ha sentido poco apoyado por el Ayuntamiento en este caso?
No, todo lo contrario, me he sentido muy apoyado por el Ayuntamiento en general, aunque hay que hacer excepciones lógicamente. Creo que en general me han apoyado a nivel de servicios, a nivel de compañeros, a nivel también de la parte política, incluso de otros sindicatos, no del que hemos hablado, por supuesto. Yo he tenido mucho apoyo de exalcaldes, de concejales. Yo tengo que agradecer desde José Jerez, Carmina Belmonte, Juan Garrido, Manuel Pérez Castell, Carmen Oliver, Carmen Bayod, Javier Cuenca, Vicente Casañ, Emilio Sáez, les tengo que agradecer que siempre y en este tema también, me han apoyado a lo largo de tiempo. Han sido magníficos alcaldes, extraordinarios alcaldes. Lamentablemente no puedo decir de algún otro lo mismo.
¿Qué le parecen los tres inspectores que le han sustituido? (Mario Rubio, Luciano Rosillo y Diego López).
Los tres son extraordinarios profesionales junto con alguno más, que además es el más antiguo, Ramón López, que es otro extraordinario profesional que no sé por qué no está en ese grupo, es una decisión de alguien que creo que no sabe muy bien lo que hace.
Los tres que han nombrado, que tienen esa responsabilidad de ir turnándose en la jefatura, son magníficos profesionales, pero les han puesto a los pies de los caballos, turnarse en la jefatura de la Policía Local es una verdadera aberración, una decisión con tintes de ilegalidad, la que la que han hecho con ellos y lo están llevando como buenamente pueden, pero esto es como al que suben en un barco y no le dan ni timón ni remos. Es muy difícil, y cualquier persona que tenga una mínima responsabilidad en cualquier área sabe que, sin una capacidad de dirección y de decisión, es complicado que ese barco llegue a buen puerto y es un poco lo que está ocurriendo. Las consecuencias negativas de todo eso, las están viviendo ellos y también la calidad del servicio que se presta, que es un servicio cortoplacista, porque si vas a estar de jefe tres meses es muy complicado que se planifiquen proyectos o acciones para la mejora del servicio y sobre todo para la calidad del mismo. No puedo sentir nada más que dolor por la Policía Local de Albacete, por el daño que está ocasionando eso en el escalafón que tiene en el contexto nacional, debido a estas situaciones absolutamente aberrantes, que nadie entiende.
¿Quién le gustaría que fuera su sucesor en el cargo?
Cualquiera de ellos puede ser un magnífico jefe, pero necesita que le dejen el espacio y la capacidad de dirección suficiente.
¿Podría hacer un pequeño balance de toda su carrera?
Ni de lejos hubiera imaginado haber alcanzado un nivel de satisfacción por los logros obtenidos y por los reconocimientos recibidos como el que he tenido. Sólo puedo hacer un balance positivo basado en la enorme satisfacción de haber tenido la oportunidad de servir a la ciudadanía, de ser uno más de los que hacen del servicio público, desde mi punto de vista una actividad muy noble. Tengo un enorme agradecimiento a quienes lo han posibilitado.
















