Francisco José Molina Hernández, agente de la Policía Local de Águilas (Murcia) e instructor operador táctico internacional; profesor de Seguridad acreditado por el Ministerio del Interior
En esta ocasión escribo estas líneas para intentar concienciar a la comunidad policial de lo importante que es elegir una buena munición como dotación de nuestras armas reglamentarias. De todos es conocido que la finalidad de la munición militar es diferente a la policial, ya que la primera busca una penetración mayor mientras que la policial tiene como misión parar o neutralizar al objetivo.
En la actualidad muchas de las plantillas policiales de este país portan cartuchos blindados o semi blindados. Hay que resaltar que la naturaleza de estos cartuchos es la penetración del proyectil, sobre todo para el uso militar. Es por esto que nos encontramos con tres principales problemas en la función policial, sobre todo al tener que utilizarlas en una vía pública o en una edificación.
Estos tres grandes inconvenientes son: la sobrepenetración, el efecto rebote y la poca deformación del proyectil:
- En primer lugar encontramos la sobrepenetración del proyectil al impactar sobre una superficie blanda, lo cual puede concluir con que hagamos blanco en el objetivo y en alguien o algo que no tenga nada que ver con el mismo.
- Después tenemos el efecto rebote, ya que al tener un recubrimiento metálico el proyectil tiene poca o ninguna deformación lo cual hace que, si el proyectil encuentra en su trayectoria una superficie dura con un ángulo suficiente, éste puede cambiar de trayectoria impactando en otro lugar en el que no deseamos que impacte. Ejemplo sangrante fue el desgraciado incidente de Andújar (Jaén).
- El tercer de los grandes problemas que tiene esta munición es la poca o ninguna deformación que sufre el proyectil al impactar debido al recubrimiento de su núcleo de plomo por una cubierta metálica dura, lo cual lo dota de una penetración mayor y, como hemos dicho, apenas deformación del proyectil.
¿Cómo podríamos subsanar este problema? ¿Es la munición de plomo o plomo teflonado una alternativa?.
En cuanto a la munición de plomo cabe destacar que, además de dar interrupciones en muchas de marcas de pistolas actuales, al ser un material maleable, con el uso sufre un desgaste, el cual hace que en muchas ocasiones el proyectil se separe de la vaina al colocarlo en el cargador o al extraerlo.
Por todo esto, bajo mi punto de vista y según numerosos estudios realizados en diferentes países por instituciones de gran prestigio como el FBI, Cruz Roja, etc. la munición de punta hueca resulta la más aconsejable.
En la Convención de Ginebra según texto refundido y complementario presentado por Cruz Roja reza lo siguiente: “las balas expansivas no solo pueden ser utilizadas por la policía en situaciones en las que es necesario enfrentarse a un conflicto con personas armadas en un entorno urbano o entre un grupo de personas, sino que es aconsejable su uso”.
Por otra parte, en 1989, el FBI de los EE.UU. demostró que las heridas producidas por un proyectil de punta hueca en un cuerpo humano producen una destrucción de tejido vivo inferior a un 1% más que un proyectil convencional, blindado o semi blindado, por lo que se trata de una diferencia mínima.
Por todo lo anteriormente relatado me atrevo a decir que se debe desechar la idea de dotar a los agentes de la ley de munición blindada o semi blindada para sus armas reglamentarias, las cuales pueden atravesar con facilidad dos cuerpos, sobre todo cuando en las difíciles y duras circunstancias que rodean un enfrentamiento armado, incluido el efecto túnel. Se podría poner en peligro la integridad física de ciudadanos inocentes o incluso otros compañeros que pudieran estar detrás o cerca del agresor a abatir.
Bajo mi humilde opinión se debería cambiar de una vez por todas a una munición de punta hueca para las armas de dotación de las fuerzas policiales.
















