Marouane, un joven de 28 años de origen marroquí, llegó a España con solo 15, sin conocer el idioma y con la firme determinación de encontrar una oportunidad para cambiar su destino. Hoy, después de superar numerosos obstáculos, es agente de la Policía Local de Ceuta, un sueño que comenzó a forjar cuando llegó a España.
Marouane proviene de una familia humilde de Marruecos. Logró cruzar el Estrecho escondido en los bajos de un camión, después de varios intentos fallidos. Al llegar a España, fue interceptado en el Puerto de Algeciras y fue trasladado a un centro de menores, donde se inició su proceso de adaptación al nuevo país.
Un camino lleno de desafíos
Durante los primeros años en España, pasó por varias casas de acogida y se dedicó a estudiar. Inicialmente comenzó un curso de jardinería, pero pronto se dio cuenta de que no era lo que quería hacer. Decidió cambiar de rumbo y se formó en electricidad, lo que le permitió obtener la titulación de la ESO a los 19 años. Su voluntad de mejorar siempre estuvo presente, y no se conformó con lo que tenía.
A pesar de las dificultades del idioma y de las diferencias culturales, Marouane nunca perdió de vista su meta: formar parte de la Policía. Con el apoyo de varias organizaciones como la Fundación Don Bosco y Los Salesianos, comenzó a estudiar el bachillerato y consiguió la nacionalidad española.
Se preparó con dedicación para las oposiciones a la Policía Local y a los 25 años, tras años de esfuerzo, consiguió aprobar las oposiciones. Hoy, Marouane es un ejemplo de superación. Para él, su historia es la prueba de que, con esfuerzo, perseverancia y una oportunidad, es posible alcanzar grandes metas. Y también supone una buena demostración del daño que los discursos xenófobos y populistas hacen a nuestro país.