Una agente de la Policía Local de Chiclana de la Frontera ha denunciado haber sufrido humillaciones y vejaciones públicas por parte de un compañero de la plantilla, presuntamente a causa de su posición ante las movilizaciones sindicales que se vienen desarrollando en el cuerpo, según han confirmado distintas fuentes.
El delegado municipal del área, José Vera, ha reconocido que, desde el inicio del conflicto, “las posturas se han ido radicalizando”, incluso dentro de la propia Jefatura. En este sentido, ha sido tajante al asegurar que el Ayuntamiento no permitirá “amenazas, coacciones ni comportamientos que atenten contra la libertad o la dignidad de las personas”.
Vera ha subrayado que el ejercicio de los derechos sindicales “no puede servir de justificación para conductas inaceptables en un estado democrático” y ha anunciado la apertura de una investigación para depurar responsabilidades. “Cualquier comportamiento inapropiado será sancionado. La libertad sindical y de opinión también tiene límites en nuestro estado de derecho”, ha afirmado.
Desde el sindicato UPLBA Chiclana, la respuesta ha sido contundente. La organización ha calificado la actitud del agente implicado como “vil y deleznable” y ha denunciado que la compañera ha sido objeto de vejaciones y humillaciones públicas que afectan directamente a su dignidad personal y profesional.
El sindicato ha advertido además de que la neutralidad ante este tipo de situaciones contribuye a agravar el problema. “Quien mira hacia otro lado deja sola a la víctima y refuerza al agresor”, han señalado, insistiendo en que no caben ambigüedades cuando se vulneran derechos fundamentales.
UPLBA ha reiterado su respaldo total a la agente afectada y a cualquier miembro del cuerpo que sufra ataques personales, reclamando a la plantilla una posición clara en defensa del respeto, la dignidad y el compañerismo dentro de la Policía Local.
Por su parte, el Partido Popular de Chiclana también ha expresado públicamente su apoyo a la agente, condenando cualquier forma de desprecio o ataque a la dignidad de una mujer en su entorno laboral. La formación ha recalcado que estos comportamientos “no pueden normalizarse ni silenciarse” y ha defendido la convivencia y el respeto como valores esenciales dentro del cuerpo policial. “El mensaje debe ser claro: no está sola”, han concluido, reivindicando el derecho de todas las mujeres a trabajar en un entorno seguro, digno y libre de humillaciones.
