El pasado jueves, 10 de julio de 2025, nos dejó Francisco Javier Jiménez Jiménez (Zaragoza, 1961), una figura clave en la historia reciente de la seguridad vial y la administración pública en la Región de Murcia. Delegado del Gobierno en la Región en dos ocasiones, y anteriormente jefe provincial de Tráfico, su vida fue un ejemplo de entrega, compromiso y humanidad. Tenía 63 años.
Durante décadas trabajó codo con codo con las Policías Locales, la Guardia Civil y todos los profesionales que velan por la seguridad y la convivencia ciudadana. Hombre de trato cercano, actitud dialogante y muy querido por quienes tuvieron el privilegio de compartir responsabilidades con él, Paco —como muchos le llamaban con afecto— llevaba meses enfermo. Sin embargo, su espíritu incansable le permitió continuar con su actividad profesional y personal hasta pocas semanas antes de su partida.
Desde lo más profundo del corazón, Manuel Asensio Montilla, comisario general de la Policía Local de Cartagena y Director de la Escuela de Seguridad Pública del Ayuntamiento, ha querido dedicar unas palabras a su amigo, a su compañero, a ese hombre bueno que fue Paco:
«A mi amigo ‘Paco’ Jiménez, un hombre bueno.
Hoy, 10 de julio de 2025, la Región de Murcia llora la pérdida de Francisco “Paco” Jiménez, un hombre cuya vida estuvo marcada por un compromiso inquebrantable con el servicio público y una calidez humana que dejó huella en todos los que lo conocieron.
Paco, exdelegado del Gobierno en la Región de Murcia, antiguo jefe local de Tráfico en Cartagena y jefe provincial de Tráfico, se nos ha ido dejando un vacío irreparable en sus seres queridos, compañeros y amigos.
Conocí a Paco cuando ejercía como jefe local de Tráfico en Cartagena, un cargo que desempeñó con dedicación desde el año 2000. Allí, entre gestiones y responsabilidades, se forjó una amistad basada en su capacidad única para conectar con las personas. Su cordialidad, su sonrisa contagiosa y su don para cultivar relaciones humanas hicieron de él no solo un servidor público excepcional, sino un amigo en el que siempre se podía confiar.
Paco tenía esa rara habilidad de hacer que cada conversación, cada encuentro, fuera significativo, siempre con un toque de empatía.
Hace apenas unos días, Paco me escribió. Había sido reconocido con la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil. No lo mencionaba con orgullo vano, sino con la humildad que siempre le caracterizó. Era un reconocimiento merecido, no solo por su profesionalidad, sino por su carácter afable y conciliador.
Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo recordaremos a Paco no solo por su dedicación al servicio público, sino por su capacidad para hacer que cada persona se sintiera valorada. Su compromiso con los demás, especialmente con los más vulnerables, su honestidad y su alegría nos dejan una marca imborrable en la Región de Murcia y en todos los que compartimos momentos con él.
A su familia, amigos y compañeros, envío mi más sentido pésame.
Paco, tu legado de bondad, profesionalismo y humanidad perdurará siempre. Nos encontraremos en el misterioso lugar, querido amigo”.
Un hombre bueno se ha ido, pero su memoria seguirá viva en cada rincón de esta tierra que tanto amó y a la que tanto entregó. Descanse en paz, Paco Jiménez.
















