Durante esta semana pasada, la Policía Local de Lugo intervino en dos situaciones que requirieron la aplicación de la normativa de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia con el fin de preservar la seguridad de la ciudadanía y garantizar el trato idóneo a los animales.
Agentes de la Policía Local de Lugo, de servicio en el recinto del Parque da Milagrosa, fueron alertados de la presencia de un hombre que, presuntamente, estaba regalando o vendiendo cachorros de perro en plena vía pública. A su llegada, los agentes localizaron al individuo con dos cachorros dentro de una caja de plástico, acompañados de un cartel que invitaba a los transeúntes a “coger” libremente los animales en el caso de no estar él presente.
El implicado reconoció haber traído los cachorros con la intención de regalarlos, pero varios testimonios aseguraron que se produjeron intercambios de dinero por los animales. Estas conductas suponen una infracción del artículo 13.2 de la Ley 4/2017, que prohíbe expresamente la cesión ambulante de animales por parte de particulares, una actividad reservada únicamente a establecimientos debidamente autorizados.
La actuación culminó con la recogida de los animales por parte del servicio de la Protectora de Animales, tras la cesión voluntaria del responsable y planteamiento de la correspondiente acta-denuncia.
En una segunda intervención, la Policía Local acudió al lugar donde un varón había sido mordido por un perro durante un paseo. Tras identificar a los implicados y asistir al herido, los agentes verificaron que el perro agresor se encontraba visiblemente alterado y que no se mantenía el nivel de control idóneo por parte de su responsable, lo que podría haber propiciado el ataque.
Aunque el animal contaba con chip identificativo y el correspondiente seguro, los agentes requirieron una valoración veterinaria urgente, tanto por prevención sanitaria cómo por el bienestar del propio animal. Además, se informó a la propietaria sobre la falta de control del animal y que sería denunciada por la infracción recogida en la legislación de protección y bienestar animal, por “no impedir el acceso libre del animal a otros animales o el contacto sin permiso con personas o cosas”, una infracción tipificada cómo leve, con posibles sanciones de hasta 500 euros.
