En muchos pueblos y ciudades españolas ayer se celebró la mágica noche de San Juan, en la que se encienden hogueras en las playas, en una fiesta de purificación a través del fuego. En las hogueras, en sentido figurado, se queman las “cosas malas” que nos han pasado. Nos resultaba imposible publicar el excelente trabajo realizado por decenas de Policías Locales españolas y, en esta ocasión, a través de la Policía Local de A Coruña, queremos representar el trabajo de todas.
A las 19 horas de ayer comenzó en la playa de Riazor el reparto de madera que realiza el Ayuntamiento entre todas las personas que ya estaban ocupando sus lugares en el arenal, para alimentar las hogueras llamadas allí «cacharelas», y evitar así que se usen otros materiales combustibles que puedan dejar sobre la arena elementos peligrosos como clavos, vidrio o cualquier objeto punzante que después pueda causar daños a los bañistas.
El dispositivo integral de seguridad dispuso el centro de mando móvil en las inmediaciones de la playa, con efectivos de Policía Local y Policía Nacional, bomberos, protección civil y sanitarios, rondando un total de 650 efectivos. También se instalaron puntos violeta de información y prevención de las agresiones sexuales a mujeres.
Hubo una fluencia estimada en 150.000 personas, a pesar de lo cual la noche transcurrió con “la normalidad esperable”, registrándose 183 intervenciones de los servicios de emergencia, la mayoría por atenciones a intoxicaciones etílicas y quemaduras.
Se produjeron cinco detenciones policiales, dos por violencia de género, una por resistencia, y otras dos por amenazas. La más destacable fue una realizada por la Policía Local al intervenir en una discusión en la propia playa, donde una persona sacó una pistola para apuntarle a la otra, generando pánico entre la gente que se apartó y permitió la intervención policial inmediata. Aún no disponemos de confirmación de si el arma y la munición eran reales.
Pasadas las 7 de la mañana quedaron las playas prácticamente limpias de los restos generados en la noche. Aquí fue donde se produjo la detención por resistencia, cuando una pareja se negaba a abandonar la playa y resultó necesaria la intervención de la Policía Local.
