Un agente de la Guardia Civil de Cáceres se enfrenta a un juicio por provocar un accidente de tráfico mientras conducía bajo los efectos del alcohol en acto de servicio. Los hechos ocurrieron el 15 de octubre de 2024, alrededor de las 9:25 horas, en la zona de acceso al centro penitenciario de la capital cacereña.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía Provincial de Cáceres, el guardia civil manejaba un vehículo oficial del cuerpo tras haber ingerido bebidas alcohólicas que afectaban a sus facultades para la conducción. Durante una maniobra, confundió la marcha y, al dar marcha atrás, colisionó con un coche de la Policía Nacional que también se encontraba de servicio en el lugar.
Tras el accidente, la Guardia Civil avisó a la Policía Local, cuyos agentes acudieron al punto del suceso y constataron que el conductor presentaba claros signos de embriaguez, como aliento alcohólico perceptible a distancia y rostro congestionado. El propio acusado reconoció haber tomado “un chupito en una churrería” antes de iniciar el servicio.
La prueba de alcoholemia realizada arrojó un resultado positivo de 0,67 y 0,65 miligramos por litro de aire espirado en las dos mediciones, cifras que cuadruplican la tasa máxima permitida para agentes en servicio, fijada en 0,15 mg/l. El conductor del vehículo policial, por su parte, dio resultado negativo en el control.
La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito contra la seguridad vial y solicita para el acusado una multa de 2.700 euros —nueve meses de sanción a razón de 10 euros diarios—, además de la retirada del permiso de conducir durante dos años. Asimismo, pide que el agente indemnice a la empresa propietaria del vehículo de la Policía Nacional por los daños ocasionados en el accidente.
