El pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó el pasado viernes 26 el nuevo Plan Local de Seguridad Vial 2025-2030, un documento estratégico que marcará las líneas de actuación de la ciudad en materia de movilidad y prevención de accidentes de tráfico para los próximos cinco años. La iniciativa, que sustituye al plan anterior, pretende dar respuesta a los nuevos retos de seguridad en el espacio público y mantener la tendencia descendente de la siniestralidad que se ha logrado en la última década.
El consistorio ha subrayado que la actualización del plan no solo busca reducir el número de accidentes, sino también minimizar su gravedad, especialmente en los casos que implican a los denominados usuarios vulnerables: peatones, ciclistas y motoristas. En este sentido, el proyecto pone el foco en la prevención prioritaria de los siniestros con mayor lesividad y en el tratamiento específico de los casos con víctimas mortales, reforzando así la atención a los colectivos más expuestos.
La votación en el pleno reflejó un amplio consenso político. El texto recibió el apoyo de Junts×BCN, PSC, ERC y PP, mientras que Barcelona en Comú optó por la abstención y Vox se posicionó en contra. Con esta aprobación, el gobierno municipal se asegura un marco de acción que también contará con planes específicos adaptados a cada distrito y a las Rondas de Barcelona, vías de gran tráfico donde se concentra un alto porcentaje de accidentes.
Entre las principales medidas que contempla el plan destacan la incorporación de modelos de diseño urbano que incentiven la reducción de la velocidad, la evaluación de la eficacia de la red de radares actualmente desplegada y la reconfiguración de las “oleadas verdes”, es decir, los tramos de semáforos coordinados que permiten circular de forma continuada en verde. El objetivo es evitar que este sistema, pensado inicialmente para mejorar la fluidez, se convierta en un incentivo para el exceso de velocidad.
Asimismo, el plan incluye actuaciones destinadas a seguir transformando el espacio público con una perspectiva de seguridad vial: la ampliación de las zonas de pacificación de calles, la actualización del manual de diseño de las vías ciclistas, la mejora de la seguridad en las intersecciones, y la apuesta por “encauzar” definitivamente la implantación del tranvía en el centro de la ciudad, como medida estructural para fomentar un transporte público más seguro y sostenible.
El Ayuntamiento ha defendido que este conjunto de acciones no solo persigue reducir los accidentes, sino también avanzar hacia un modelo de movilidad más equilibrado, donde peatones, ciclistas, transporte público y vehículos privados puedan convivir en condiciones de seguridad. Con este nuevo plan, Barcelona reafirma su compromiso con los objetivos europeos de Visión Cero, que aspiran a eliminar progresivamente las víctimas mortales y los heridos graves en accidentes de tráfico.
















