El nuevo jefe de la Policía Local de València, Ángel Albendín, ha presentado una serie de propuestas orientadas a transformar el servicio policial, con el objetivo de ofrecer una atención más eficaz y cercana a la ciudadanía. Entre sus prioridades destaca la necesidad de eliminar la burocracia y facilitar a los agentes dispositivos móviles y cámaras personales. Estas herramientas permitirán a los policías realizar su trabajo diario de manera más ágil, proteger su integridad y proporcionar mayores garantías tanto para ellos como para la población, reforzando la transparencia en su actuación.
Albendín apuesta claramente por fomentar la Policía de Barrio como elemento clave para acercar el cuerpo policial a las necesidades reales del municipio. Considera que la proximidad y el contacto directo son fundamentales para recoger información de calidad, comprender las demandas de la ciudadanía y actuar con mayor sensibilidad ante los problemas locales. Actualmente, en València hay unos 60 policías de barrio, pero la intención es ampliar este número hasta llegar a 110, con el objetivo de tener el servicio completamente desplegado a final de año.
Para Albendín, la información es la materia prima de la policía y su gestión estratégica permite anticipar y prevenir conflictos. Propone avanzar hacia una policía prospectiva, que complemente la labor preventiva mediante el análisis de datos y la identificación de patrones que puedan derivar en situaciones problemáticas. El uso de tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Big Data y los sistemas propios de Smart City Security se plantea como una herramienta para implantar sistemas inteligentes que ayuden en la toma de decisiones policiales, más allá de la simple vigilancia tradicional.
Integración de tecnología en la operativa diaria
Uno de los pilares de su plan consiste en que los agentes cuenten con terminales móviles y la posibilidad de registrar información en tiempo real durante su servicio. Esta digitalización permitirá agilizar los procedimientos, eliminar el uso del papel y reducir tiempos muertos, optimizando así los procesos administrativos y facilitando la toma de decisiones inmediatas. Se prevé que el próximo año los agentes puedan disponer ya de estos dispositivos, como móviles o tabletas.
Aunque en la actualidad València dispone de 1.700 agentes de Policía Local, Albendín considera que sería deseable aumentar la plantilla hasta los 2.000 efectivos o una cifra próxima. No obstante, subraya que la clave no es solo incrementar el número de agentes, sino también gestionar los recursos con mayor eficiencia y analizar el índice de cobertura según la demanda del municipio.
La incorporación de cámaras personales en los uniformes de los agentes representa una prioridad para el nuevo jefe. Albendín defiende esta medida como una forma de proteger al agente, garantizar la actuación policial y ofrecer transparencia al ciudadano. Este sistema se plantea especialmente para la Policía de Barrio, aportando “luz y taquígrafos” a las intervenciones policiales y reforzando así la confianza pública en el cuerpo.
El modelo que propone Albendín es de carácter estratégico y requiere ser desarrollado en varias fases. Reconoce que no se trata de cambios inmediatos, sino de una transformación progresiva que implica mejorar la calidad del sistema de información, estructurarlo e integrarlo adecuadamente, y asegurar que la tecnología aplicada parta de datos fiables.
















