Hay virus que enferman, que nos aíslan, que nos rompen los días. Y hay otros –raros, mágicos, insospechados- que llegan para sanar, unir y multiplicar. Ese es el caso de VIRUS VIAL FETEVI, un contagio que no destruye, sino que construye. Más de doscientas voces, de todos los acentos de España, laten dentro de un mismo teléfono. Policías locales, guardias civiles, médicos, formadores, jubilados que jamás colgaron la vocación, empresarios que ponen su ingenio en la seguridad infantil, monitores que enseñan a conducir…Todos diferentes, todos únicos, pero con un mismo pulso: la educación y la seguridad vial.
Nació en 2016, casi como un destello inesperado en medio de un congreso. Lo que entonces fue un simple intercambio de teléfonos, hoy es una hermandad con solera, que ha sabido resistir al paso del tiempo y crecer como los buenos vinos: con cuerpo, con verdad, con memoria. Desde entonces, “VIRUS VIAL FETEVI” no ha dejado de latir. Une a quienes comparten la misma pasión, aunque estén separados por kilómetros y acentos. Rompe fronteras invisibles y crea un mapa nuevo donde todos caben. Es un grupo que no envejece, porque cada día se renueva con voces distintas, con sueños compartidos, con la certeza de que la unión es la única carretera que no tiene fin.
Lo que parece un simple grupo de WhatsApp es en realidad un corazón colectivo. Allí se comparten dudas y nacen respuestas inmediatas, como un 112 emocional y profesional. Allí se celebran los logros de unos como si fueran de todos, porque compartir multiplica la alegría. Allí se sopla ánimo cuando la creatividad se esconde, y se encienden ideas que luego iluminan carreteras y aulas.
No hay jerarquías. No hay títulos que pesen más que otros. Hay personas que saben que juntos son mejores.
En cada mensaje, en cada documento compartido, en cada enlace a una novedad legal, se demuestra que la tecnología puede tener un propósito noble: hacer la vida más segura, más humana, más consciente.
“VIRUS VIAL FETEVI” no es un nombre cualquiera. Es un recordatorio de que hay contagios que curan, que hacen comunidad, que nos mantienen despiertos y atentos en un mundo que siempre cambia.
Este grupo no es un chat. Es un hogar móvil. Es un faro que nunca se apaga. En un tejido de estrellas, donde cada profesional brilla por sí mismo pero, al juntarse, iluminan mucho más. A quienes aún no conocen este espacio: vengan. Aquí hay lugar para sumar, para aprender, para ayudar.
A quienes ya forman parte: sepan que están en el lugar adecuado. Porque ser #VirusVIAL es llevar dentro la certeza de que compartir es la manera más hermosa de avanzar.
