José Jiménez Borjas tiene 29 años y es policía local de A Coruña. También es de etnia gitana y, desde luego, no es el único policía gitano que existe en España. Los hay en todos los cuerpos policiales, incluida la Guardia Civil. El pasado 8 de abril se conmemoró el Día Internacional del Pueblo Gitano y hemos considerado que era una buena oportunidad para poner de manifiesto que la sociedad española, incluidos los servicios policiales, deben acabar de una vez con los estereotipos que sustentan los prejuicios hacia los colectivos sociales minoritarios.
A José Jiménez no le resultó fácil acceder a la Policía Local. Primero probó trabajando como auxiliar de Policía Local y así fue como decidió echar toda la carne en el asador para lograr su objetivo. Preparar las oposiciones tampoco le resultó sencillo y necesitó tres oportunidades hasta que pudo lograr su plaza. «Aprobé en Oleiros, Boiro y Vigo y en todas las listas quedé entre los 10 primeros. En Oleiros fui el primero», señala Jiménez, que explica que fue un reto duro pero que dio sus frutos. «Fue un logro que significó mucho, tanto a nivel personal, como familiar y laboral», explica Jiménez.
Desgraciadamente, la consecución de su plaza coincidió con la muerte de su madre. «Mi plaza terminó pasando desapercibida, porque fue un momento familiar difícil», dice el joven.
Hijo de albañil y de vendedora ambulante dedicada al comercio de ropa y retales de tela en mercadillos de la provincia de A Coruña y mediano de cinco hermanos, tiene claro que es policía por influencia materna. «Mi madre era muy recta y firme, siempre iba con la verdad y la legalidad por delante. La respetaba todo el mundo. Yo heredé su forma de ser. Me gusta ayudar a los demás», afirma.
Si la Policía (especialmente la Policía Local) quiere tener credibilidad ante su comunidad local, tiene que parecerse a su comunidad local. Si la comunidad tiene gitanos, lo lógico es que la Policía que sirve a esa comunidad también los tenga. La Policía debe ser espejo de la sociedad, no algo diferente.