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“El Periódico” entrevista a Xavier Santajuliana, jefe de la Policía Local de Mataró

Xavier Santajuliana, jefe de la Policía Local de Mataró
Opinión, Portada
El periodista Gerardo Santos ha publicado en el diario “El Periódico” una interesante entrevista a Xavier Santajuliana Polo, jefe de la Policía Local de Mataró, un profesional con fuerte relación con ACCPOLC y Unijepol. En el artículo se plantean reflexiones muy interesantes sobre el papel de las Policías Locales como Policía Comunitaria. Por su gran interés hemos decidido su publicación íntegra en SeguCITY digital.

Xavier Santajuliana (Barcelona, 1968) ya ha cumplido su primer año al frente de la Policia Local de Mataró, cuerpo al que llegó en 2021. Licenciado en Sociología y en Criminología, entró en los Mossos d’Esquadra en 2001 y, a partir de 2008, ejerció de inspector jefe de las policías locales de Ripoll, Sant Vicenç dels Horts, Sant Joan Despí y Gavà.

El pasado mes de abril, durante la celebración del Día de la Policía Local de Mataró, que también sirvió para conmemorar los 150 años del cuerpo, Santajuliana habló de la importancia de la Policía Local en un sentido comunitario, de proximidad. Materia que requiere de especial dedicación en una ciudad que ha atestiguado noches de disturbios en barrios vulnerables e incursiones de la extrema derecha, en ocasiones capitalizando ‘marcas blancas’ vecinales.

¿Cómo se trasladan estos aspectos que marcan una «policía abierta a la ciudadanía» al día a día de la tarea de la policía local?

Es un reto profesional. La primera capa de seguridad ha de ser comunitaria, no se puede perder de vista que las Policías Locales proporcionan servicios de primer nivel a los vecinos. Eso no se puede hacer al margen de las personas, sin comprender las particularidades de la población. Solo aplicaríamos las normas, y no estamos aquí para eso.

Trabajamos sobre la convivencia de la ciudad, no sobre la aplicación de la norma en la ciudad. Necesitamos complicidad, transparencia, acompañamiento, porque a golpes de martillo no seremos capaces. La policía local ha de hacer encajar la norma en el contexto social. Si no jugamos ese papel, no lo hace nadie.

¿Cómo se aplica esa filosofía en episodios de altercados continuados como los ocurridos en el barrio de Cerdanyola de Mataró el pasado mes de abril?

La gran dificultad que tenemos las Policías Locales es que nos desplazamos desde un papel comunitario a ser la frontera entre que la norma se cumpla o no. El caso más evidente es el uso de la fuerza. Esta prerrogativa es un recurso que hemos de usar para impedir que las normas no se cumplan. La tendencia es desarrollar herramientas que nos permitan no tener que llegar al uso de la fuerza. De hecho, ahora se le incorpora la palabra ‘progresivo’ al concepto ‘uso de la fuerza’.

En Cerdanyola vimos que ya habíamos llegado a la frontera, y no renunciamos a estar allí. Que seamos una policía comunitaria, que ha de entender a los vecinos para garantizar la convivencia, no significa que cuando toque tengamos que recurrir a la fuerza. La policía local, como orientación, primero usa la mano izquierda, porque es el papel que nos toca jugar. Un papel de control social informal que, tradicionalmente, cumplía la propia comunidad.

¿Ha disminuido el peso de lo comunitario en los últimos años?

Sí, por eso hemos emergido nosotros. Si antes el típico problema entre vecinos porque uno pone la tele muy alta o hace mucho ruido se gestionaba en la misma comunidad, ahora nos llaman a nosotros. Este es el papel que se nos ha generado.

¿Qué herramientas debería haber usado la Policía Local en el caso de Cerdanyola para asegurar la convivencia?

Nosotros tenemos que contribuir, pero otros han de jugar el papel de cohesión social en el barrio. En el caso de Cerdanyola, durante días estuvimos pendientes de que no se cruzasen los límites, y en el momento en que se desinfló un poco la tensión, volvimos a nuestro lugar, a la ‘primera capa policial’ de garantizar la convivencia. En estos aspectos, la Policía Local es el aceite que hace funcionar la ciudad, encajando los intereses individuales.

También se llevaron a cabo detenciones por parte de la Policía Local

Claro. A las policías locales nos toca movernos en el terreno comunitario, acompañar a la ciudadanía en el cumplimiento de las normas de convivencia y, a la vez, si la situación escala hasta el límite, aparecer antes de que las cosas se salgan de madre. Como organización es difícil moverse en este terreno, es mucho más fácil especializarse. Pero en el mundo local, los ayuntamientos no pueden eludir esta responsabilidad.

Las policías locales estamos jugando este doble papel, el comunitario y el de cooperación y colaboración con la policía que se encarga de la seguridad ciudadana, que son los Mossos d’Esquadra. Hemos tenido la tentación de decir que la seguridad ciudadana no es competencia de las policías locales. Ahora, justamente, nuestro gran reto es hacer ese tránsito, combinar la policía de seguridad clásica con la policía comunitaria.

¿Hacen falta más agentes en la plantilla de la Policía Local de Mataró?

Igual que hacen falta más médicos, o profesores. Claro que sí, y más recursos. Sin embargo, creo, como opinión personal, que más allá de hablar de una ratio de agentes por habitante, deberíamos hablar de eficiencia del sistema. Llegaremos a la conclusión de que hacen falta estructuras comunes que nos permitan sustentar los recursos de que dispone cada ayuntamiento para la seguridad. Cuando seamos eficientes ya plantearemos si somos suficientes.

¿Cómo valora la proporción de mujeres, tanto entre los agentes como en los mandos?

Exigua. Estamos al 16,1% de mujeres en la plantilla, mientras que la media en las policías de Catalunya es de 15,4%. Aun estando por encima, es muy baja.

¿Cómo remediarlo?

La respuesta por el momento son las discriminaciones positivas, con reserva de plazas para mujeres en todas las policías de Catalunya, en todas las escalas. Es obligación legal. Seguramente, las cosas empezarán a ir por el camino de la solución cuando a los procesos selectivos se presenten el mismo número de mujeres que de hombres. Mientras eso no pase, hay que buscar medidas para compensar, porque está claro que hay que promocionar el talento femenino tanto como el masculino.

¿Se ha reducido el absentismo laboral que presentaba la plantilla cuando usted llegó a la policía local de Mataró?

Se ha mantenido estable. Es otro de esos factores comunes en las Policías Locales. Los ayuntamientos, de manera independiente, no pueden resolver el debate sobre la prevención de riesgos laborales, sobre los efectos de la penosidad del trabajo de la policía, o sobre los efectos del turno de noche. Necesitamos respuestas comunes, como sistema, al problema que significa gestionar agentes de policía, que tienen unas características en el desempeño de su trabajo muy peculiares, con un nivel elevado de estrés, de complejidad en su actuación, con una implicación emocional fuerte, y unos efectos perniciosos para la salud.

¿El marco actual está quemando las plantillas?

Sí. Entre otras cosas, porque al existir marcos diferentes, no solo sufren las situaciones mencionadas, sino que el agravio comparativo les acaba de quemar, cuando ven o escuchan que en tal sitio resuelven mejor tal problema. El debate ha de ser común.

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