Pascual David Muñoz Álamo. Agente tutor de la Policía Local de Molina de Segura (Murcia). Miembro de la Junta Directiva de ANAT.
La importancia de un hermano mayor es fundamental en una familia con varios miembros. El lugar que ocupan por nacimiento los hermanos, articula mucho en un futuro para tener una serie de comportamientos y actitudes. Los hermanos mayores marcan el camino de sus menores, se convierten en referencia. En esa similitud entraremos a desgranar, como existen unos [Agentes Tutores] que marcan los caminos de muchos jóvenes, con el acompañamiento y sus intervenciones.
Abrir el camino a los hermanos pequeños nunca fue sencillo, te conviertes en un espejo, te conviertes en el modelo a seguir. De ahí la gran responsabilidad que adquieres sin pretenderlo. Se madura antes de tiempo por el regalo que deciden darte los padres, ya no puedes recular y lo tienes que asumir. Tomarás lecciones sin negarte para ello, asumirás que te observan y por tanto, el respeto se te presume en cada acción, eres un faro que alumbra y dirige el camino para los otros.
Pero no dudes que tendrás que tener presente siempre tus límites, para nada deberás servir de coartada para sus fechorías y que tampoco depende de ti el premiar o sancionar a quién no realice o atienda a los requerimientos que solicites.
Existen unos padres para los cuales ya atribuyeron dichas misiones, la tuya tampoco está impuesta, deberás ganártela cada día y en cada paso, las edades te facultan con ciertas características y la personalidad se te forja por momentos.
Los apegos existentes se logran por la capacidad que tienen al volcar las ilusiones en que a través de esa referencia, los hermanos pequeños puedan integrarse con una facilidad y sencillez que no tuvo seguramente el primogénito.
Ahora ya, con esa introducción más que desarrollada, tengo la esperanza y la visión de que se coloquen a la misma altura que el escribiente y siendo todas y todos los interesados que puedan venir de nuestro gremio policial, entenderán como en paralelo a esas familias se forman unos agentes que desean también ser los primeros en marcar caminos, en ayudar a los perdidos y en reconducir a los hundidos.
Unos agentes tutores o policías tutores que tienen la vocación por el servicio público llevado hacia la línea de la educación y su prevención en las tareas con los más jóvenes de su comunidad. Cuando se encuentran perdidos, ellos, los hermanos (jóvenes de la ciudad) siempre tendrán la aparición de un policía que te escuchará y guiará tras reflexionar lo mejor para tu interés y el de tu familia.
Dicen algunos expertos que los hermanos mayores tienen coeficientes intelectuales más altos. Los expertos noruegos Kristensen y Bjerkedal argumentan sus palabras en la importancia de cómo han sido educados. Al ser los primeros reciben más estímulos y atención en sus habilidades a desarrollar. En cuanto a las exigencias también son superiores por la ejercida por los padres a estos y el efecto es notable, crecen de una forma potencialmente más intelectual al ejercer de tutores de sus hermanos pequeños.
Estamos en un momento de la sociedad muy cambiante, donde la escala de valores de las familias se encuentra también sufriendo una metamorfosis. En España hay ahora mismo más de 18 millones de familias, pero de ellas 5 millones están formadas con un solo hijo. La edad de la maternidad ha sufrido un retraso muy importante y ahora las familias se centran en la atención de una forma en ocasiones de sobreprotección o exagerada.
Crean una burbuja a su alrededor y por tanto los riesgos se encuentran en subida, tanto porque ellos solo velarán por cubrir sus necesidades y también por las expectativas que la familia haya depositado sobre ellos.
En esa coyuntura se encuentra los que velan por la seguridad y por la dignidad de los pequeños, de aquellos que no alcanzan la madurez porque no existe una edad concreta, algunos la desarrollan a los 8 o 10 años y otros a los 11 o 12 años.
Pero deseo transmitirles un mensaje de optimismo, cada vez son más las mujeres y hombres dentro de nuestro cuerpo y en nuestro país, que con su formación específica, cada vez más especializada en la resolución de conflictos privados, en las actuaciones referidas al entorno escolar, en la colaboración con los/las profesionales del mundo educativo y del ámbito social, en todo lo que tenga que ver con las siempre cambiantes redes sociales y sus conductas de riesgo; tutorizan, acompañan, supervisan, asesoran y enseñan como “Hermano Mayor” que son, a decenas, cientos y miles de jóvenes ansiosos de ese tiempo de escucha y reflexión.
Busquen y pidan a su localidad que les comuniquen con ellas/os, están deseosas/os dé invertir su tiempo en la formación de los jóvenes del futuro, atendiendo a los del presente y sin dejar de lado a los del pasado.