La Unidad de Atestados de la Policía Local de Vigo —integrada por 25 agentes, cinco oficiales y un inspector— ha completado esta semana una formación homologada de 20 horas centrada en la investigación y reconstrucción de accidentes de tráfico. El objetivo: mejorar la calidad de las inspecciones oculares, perfeccionar la toma de datos en el lugar del siniestro y aplicar nuevas herramientas tecnológicas para conocer con precisión qué ocurrió y prevenir futuros accidentes.
Las sesiones, impartidas en el auditorio Mar de Vigo, incluyeron prácticas con software de reconstrucción 3D, técnicas avanzadas de medición y el uso de drones para documentar escenas con rapidez y precisión. “Son profesionales con una enorme preparación. Es la Policía Local del siglo XXI”, destacó el alcalde, Abel Caballero.
Durante el curso, los agentes incidieron en la necesidad de realizar una inspección exhaustiva del lugar del accidente. El oficial Santiago Pereira subrayó que el trabajo empieza en el escenario del siniestro, donde se recogen los indicios clave: “Es el único momento para obtener los datos que permitirán elaborar un informe riguroso. El reto es hacerlo con rapidez y sin perder información esencial”.
Para el oficial Carlos Pardo, la formación es “muy útil” y abre la puerta a reforzar la especialización dentro de la unidad. Actualmente, algunas reconstrucciones complejas recaen en oficiales como Pereira, que en ocasiones requerían apoyo externo. “La idea del Concello es crear un pequeño equipo que pueda dedicarse de forma más específica a los accidentes graves”, indicó.
Pardo recordó algunos de los siniestros más duros a los que se han enfrentado, como el accidente mortal ocurrido en la avenida del Aeropuerto en enero de 2021, en el que un joven perdió la vida tras patinar sobre una placa de hielo. “En aquel caso fue una investigación pura, sin reconstrucción”, explicó.
Un docente de referencia nacional
La formación fue impartida por Marcos Pérez, ingeniero industrial y especialista en reconstrucción de accidentes desde 2002. Con amplia experiencia académica y profesional —incluyendo intervenciones en casos de gran relevancia mediática, como la investigación del asesinato de Diana Quer— Pérez es considerado un referente estatal en este campo.
Según explicó, la formación se centró en que los agentes aprendan a interpretar las huellas del accidente: marcas de frenada, deformaciones, proyecciones y otros indicios que permiten calcular velocidades y trayectorias mediante aplicaciones de cálculo y simulación. “La inspección ocular es la base de cualquier investigación. Es el cimiento sobre el que se construye la reconstrucción del accidente”, señaló.
Pérez también recordó que los cambios de personal obligan a programar reciclajes continuos para garantizar que toda la plantilla domine el software y los procedimientos actualizados.
Tanto los agentes como el formador coinciden en que una investigación rigurosa no solo esclarece lo sucedido, sino que permite detectar deficiencias de la vía o de la señalización, como ocurrió en Beiramar, donde un giro conflictivo fue eliminado tras constatar su riesgo.
















