La Asociación TRAFPOL junto con AESLEME, la Junta de Castilla y león, y el Ayuntamiento de Ávila a través del parque Municipal de Seguridad Vial, han desarrollado en Ávila un Road Show (espectáculo multimedia de impacto) sobre las consecuencias de la influencia de las bebidas alcohólicas en los conductores después del ocio nocturno.
TRAFPOL es una Asociación española sin ánimo de lucro, integrada por policías locales con vocación internacionalista cuya finalidad es desarrollar y difundir actividades de concienciación intentando contribuir a la reducción de la siniestralidad mediante la formación de policías de tráfico y mediante la educación vial dirigida a los jóvenes a través de un proyecto multimedia denominado Road Show. Por su parte AESLEME es una asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal de ámbito nacional y sin ánimo de lucro.
La acción de educación vial llevada a cabo, como función de monólogos fue representada por los protagonistas reales en un accidente de tráfico: “un espectáculo multimedia de impacto”. Con el único objetivo de disminuir la accidentalidad en los jóvenes.
la trama del espectáculo versaba en la recreación de una noche de fiesta de un joven, siendo presentado por Carlos Jiménez (delegado de Trafpol en Castilla y león y Subinspector de policía local en Burgos), y que comienza como cada viernes, en la discoteca con sus amigos, y finaliza con la tragedia inesperada de un accidente de tráfico y sus consecuencias.
Una secuencia de actos en los que intervinieron: Carlos Galán, policía de la unidad de atestados abulense, Jose Miguel Álvarez Sargento de bomberos de parque de Ávila, un sanitario, madres de hijos que murieron en la carretera, Mari Paz Gonzalez lesionada medular en accidente de tráfico (delegada de AESLEME en Castilla y León), un médico rehabilitador del Hospital de Parapléjicos de Toledo y hasta un Dj encarnado por el vallisoletano Cesar Valenti, todos ellos compartieron con más de 400 jóvenes abulenses sus experiencias en accidentes de tráfico provocados por el alcohol o la temeridad.
Esta iniciativa que lleva realizándose desde hace más de 25 años se dirige a conductores noveles, y a aquellos jóvenes que por edad están a punto de sacarse el carnet de conducir, que serán presumiblemente los jóvenes que salen del bar o discotecas con copas de más y no dudarán en conducir para continuar de fiesta o regresar a casa.
Las historias vividas y contadas por cada uno de los improvisados actores, caían como jarros de agua a fría sobre el joven público (alumnos de bachillerato) que seguían el espectáculo sin pestañear, en un silencio sepulcral donde se oían las respiraciones, en el auditorio perteneciente a un antiguo convento gótico sólo se percibía la voz tenue y temblorosa de los personajes que narran sus experiencias reales, a cada cual más estremecedora. Una jornada que sin duda los 400 jóvenes asistentes no olvidarán jamás.
