La Policía Municipal de Madrid llevó a cabo inspecciones en 17 locales dedicados a la práctica de la santería, el esoterismo y otras actividades similares durante 2024. Las investigaciones revelaron una serie de irregularidades administrativas que fueron denunciadas y que levantaron dos atestados por maltrato animal. Entre otras actuaciones, se evitó el sacrificio ilegal de 5 gallos en un ritual. La inspección a los locales donde se practicaba la santería fue llevada a cabo por la Unidad de Policía Judicial de la Comisaría de Medio Ambiente y Urbanismo (CMAU), que elevó su informe final a los distintos organismos con los que colabora.
En el ámbito sanitario, se llevaron a cabo las intervenciones cautelares de 267 artículos, que abarcan medicamentos, cosméticos y productos para aplicación cutánea, tales como cremas, ungüentos, colonias y jabones. Además, se realizaron 15 denuncias vinculadas al etiquetado de estos productos.
En cuanto al consumo, se verificó que los precios de los productos estuvieran claramente visibles y que el etiquetado incluyera, en español, el nombre de la denominación habitual o comercial del artículo, así como su composición, el tiempo sugerido para su uso o consumo y el contenido neto. También se constató que los locales dispusieran del libro de reclamaciones y del cartel informativo para los clientes.
Se denunciaron todos los locales que fueron objeto de inspección por emitir productos con etiquetas incorrectas, y se tomaron muestras e intervinieron aquellos que carecían de la autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Los agentes señalan que, aunque se recibieron varias denuncias que indicaban la posible expedición de productos con grasa de animales protegidos, pelo, piel, uñas o colmillos en su interior, no se logró verificar esta información. Sin embargo, se constató que algunos de los productos llevaban nombres comerciales que podrían generar confusión, como ‘Grasa de León’ u ‘Ojo de tigre’, aunque estos componentes no estaban incluidos en la composición. Se intervinieron muestras que fueron sometidas a análisis y no se detectaron ninguno de estos elementos.
Se habían recibido denuncias acerca de preparados herbáceos destinados a las deidades, los cuales podrían incluir ‘jutía’, un roedor caribeño común en rituales. Hasta el año pasado, esta especie estaba protegida por el Convenio Internacional CITES, pero actualmente ha sido retirada del catálogo, continuando así con el mismo procedimiento y logrando resultados similares.
Durante las inspecciones realizadas, se intervinieron semillas de Abrus precatorius, también conocidas como peonías, tento o chumico, en uno de los locales revisados por los policías municipales. Aunque estas semillas son altamente tóxicas, no estaban siendo ofrecidas al público. El Servicio de Vigilancia Aduanera del Ministerio de Hacienda estuvo presente en estas inspecciones, con un enfoque en la identificación de productos que están regulados por el Convenio sobre el Contrabando y el Convenio CITES, así como aquellos que podrían haber sido importados ilegalmente a España desde otros países.
Más de 3.000 artículos inmovilizados
Se inmovilizaron cautelarmente un total de 3.281 artículos durante las inspecciones, entre los cuales se encontraban 354 envases de productos no identificados. Además, se localizó una nave en la Comunidad de Madrid que suministraba a casi todos los locales que fueron inspeccionados.
La Policía Municipal, en colaboración con diversas autoridades y organismos competentes, supervisa de cerca varios aspectos relacionados con los rituales. Esto incluye la elaboración, comercialización y uso de los productos empleados en estos rituales, así como el origen de las plantas, hierbas y otros productos o subproductos derivados. También se presta atención al posible maltrato animal al que podrían ser sometidos los animales involucrados, la captación coercitiva de clientes y el suministro de sustancias estupefacientes, tóxicas o medicamentosas. Además, se verifica el cumplimiento de las normativas administrativas vinculadas a las licencias de actividad y funcionamiento, así como las condiciones en las que se realizan estas prácticas.
En Madrid, se ha verificado la presencia de tres santeros, balabaos o maestros superiores, quienes son los únicos autorizados para llevar a cabo los rituales más sagrados, incluyendo el sacrificio de animales. Estos profesionales no se encuentran en los locales de manera permanente, sino que son contratados específicamente para realizar estas ceremonias.
Dado que se considera un delito de maltrato animal en España, la actividad se lleva a cabo de manera clandestina. Solo participan en ella las personas autorizadas a presenciarla, limitándose a ser ‘clientes’, el santero y los ayudantes del balabao.
La Policía evitó el sacrificio de cinco gallos en un ritual
La Policía Municipal de Madrid identificó el año pasado dos ocasiones en las que se llevó a cabo este delito, procediendo a imputar a los responsables. En una de esas situaciones, un ciudadano realizó una denuncia telefónica que permitió a las autoridades llegar antes de que se llevara a cabo el sacrificio ritual. Al llegar, encontraron todo lo necesario ya dispuesto y los cinco gallos en el local.
La realización de una ceremonia de iniciación puede implicar gastos que alcanzan varios miles de euros, abarcando tanto los honorarios de los sacerdotes como los materiales requeridos. Los precios varían considerablemente, situándose entre 500 y 40.000 euros, lo que depende de la complejidad del ritual y de los elementos que se utilicen.
En España, quienes recurren a la santería suelen ser individuos que buscan respuestas rápidas para resolver problemas personales, tales como conflictos familiares, dificultades económicas o problemas de salud.
Una amplia gama de personas se siente atraída por la santería, incluyendo a migrantes que preservan sus tradiciones culturales y a españoles que, aunque no practican esta religión de manera directa, muestran interés en alternativas espirituales. La obtención de pruebas se complica debido a su naturaleza clandestina.