En declaraciones realizadas en una entrevista en el programa Más de Uno Ibiza y Formentera, José López, presidente de la Federación Estatal de Técnicos en Educación Vial (FTEVI) ha explicado que la instalación de radares en las carreteras de Ibiza responde a la necesidad de reforzar la seguridad vial y disminuir la siniestralidad. López señala que la elección de los puntos donde se colocan estos dispositivos no es casual, sino que se basa en un estudio detallado de los accidentes registrados, los hábitos de circulación y los riesgos potenciales de las vías de las Pitiusas. El propósito principal es actuar en los tramos más peligrosos, donde la probabilidad de sufrir un siniestro es mayor.
El experto destaca que los radares desempeñan un papel fundamental al reducir los accidentes, controlar los excesos de velocidad y actuar como herramientas tanto disuasorias como educativas para los conductores. Insiste en que la velocidad inadecuada —aunque no siempre supere los límites legales— está presente en la mayoría de los accidentes, junto con el consumo de alcohol. En este sentido, considera el radar como un recurso policial más, comparable a un cinemómetro, un sonómetro o, en situaciones extremas, un arma reglamentaria.
La evaluación técnica también tiene en cuenta la existencia de tramos conflictivos, semáforos, pasos de peatones y el impacto social y económico de los accidentes, que repercute directamente en los contribuyentes. Asimismo, López subraya que los radares contribuyen a modernizar la gestión del tráfico y el proceso de tramitación de sanciones.
Percepción social y críticas
En relación con la opinión pública, López admite que muchos ciudadanos creen que los radares tienen una finalidad meramente recaudatoria. No obstante, sostiene que esta percepción se intensifica porque las sanciones automáticas, sin interacción entre el infractor y un agente, generan mayor rechazo. Cuando interviene un policía, explica, existe la posibilidad de diálogo; con un radar, esa opción desaparece.
Respecto al radar de la carretera de Sant Antoni —uno de los que más multas impone en España—, López aclara que la problemática se debe sobre todo al despiste y la tendencia a circular demasiado rápido, no a una falta de señalización, que considera adecuada y visible. También menciona el mal estado del firme entre el hotel Nobu y la rotonda de acceso a Jesús, donde los baches y alcantarillas deterioradas suponen un riesgo especialmente elevado para los motoristas. López se compromete a trasladar esta situación al Ayuntamiento de Ibiza para evaluar posibles mejoras.
La intervención concluye recordando que el objetivo final de los radares y del resto de medidas de seguridad es evitar víctimas y favorecer una convivencia segura en las carreteras de la isla.
















