El verano trae consigo altas temperaturas y la práctica de actividades acuáticas que, si no se gestionan con cuidado, pueden derivar en ahogamientos. La Policía Local, cercana a las comunidades locales, desempeña un papel clave en la prevención: educación, vigilancia, coordinación y respuesta rápida.
A continuación se presentan algunas estrategias y medidas prácticas que las Policías Locales pueden implementar para reducir incidentes y salvar vidas.
1) Educación y sensibilización comunitaria:
- Campañas de seguridad acuática: difusión de normas básicas de baño, uso de chalecos salvavidas, supervisión de menores y no ir al agua bajo los efectos del alcohol o de sustancias.
- Colaboración con centros educativos y asociaciones vecinales para impartir talleres sobre riesgos en ríos, playas urbanas y piscinas, así como técnicas básicas de rescate sin poner en peligro al rescatista.
- Material informativo multicanal: folletos, redes sociales, mensajes en señales y carteles en zonas de baño, con lenguaje claro y atractivo.
- Promoción de apps y líneas de alerta ciudadana para reportar situaciones de riesgo o comportamiento inseguro.
2) Vigilancia y presencia policial en zonas vulnerables:
- Patrullas preventivas en zonas de baño, riberas y áreas de recreo acuático, especialmente en horarios pico.
- Instalación de puestos de control y puntos de observación en playas urbanas, embalses y ríos concurridos.
- Colaboración con operadores turísticos, servicios de salvamento y socorristas para coordinar vigilancia y rescate.
- Detección temprana de factores de riesgo: afluencia excesiva, consumo de alcohol, temperaturas extremas y condiciones del agua (corrientes, oleaje, transparencia).
3) Gestión de riesgos y plan de acción:
- Coordinación con Protección Civil, emergencias y servicios sanitarios para desarrollar planes de actuación ante incidentes.
- Identificación de zonas de alto riesgo y señalización adecuada: barreras físicas, señalización de peligros, bandos horarios de baño, límites de aforo.
- Protocolos de rescate y primeros auxilios: formación en RCP, uso de desfibriladores externos, y procedimientos para rescate seguro sin exponer al rescatista.
- Simulacros periódicos para evaluar tiempos de respuesta y coordinación entre distintos cuerpos de seguridad y servicios de emergencia.
4) Regulación y control del cumplimiento de las normas:
- Supervisión del cumplimiento de normativas de uso de alcohol en espacios públicos, horarios de apertura de zonas de baño controladas y aforos.
- Establecimiento de zonas de baño supervisadas y zonas de baño no supervisadas, con reglas claras para cada una.
- Gestión de aglomeraciones: control de multitudes, rutas de evacuación y seguridad en accesos y salidas de las áreas de baño.
5) Trabajo comunitario y cooperación interinstitucional:
- Creación de mesas de trabajo con otros departamentos municipales, clubes deportivos, asociaciones de vecinos y empresas de ocio para diseñar acciones conjuntas.
- Formación de voluntarios de apoyo durante el verano para ampliar la vigilancia y la información al público, bajo supervisión policial.
- Intercambio de datos con servicios de meteorología y organismos de aguas para anticipar situaciones de alto riesgo (lluvias intensas, crecidas, tormentas).
6) Tecnología y comunicación:
- Uso de cámaras de videovigilancia en puntos clave para detectar comportamientos peligrosos y facilitar respuestas rápidas.
- Implementación de aplicaciones móviles de alerta ciudadana que permitan reportar incidentes en tiempo real.
- Drones para observación aérea en zonas extensas y de difícil acceso, cuando esté permitido legalmente y con supervisión adecuada.
7) Formación y bienestar policial:
- Formación continua en rescate acuático, manejo de emergencias y atención a víctimas, incluyendo unidades específicas en verano.
- Estrategias de autocuidado para los y las agentes, considerando la exposición al calor y la fatiga, para mantener la eficacia y la seguridad.
Conclusión
La prevención de ahogamientos en verano requiere un enfoque integral: educación, vigilancia, coordinación interinstitucional y respuesta rápida. La Policía Local, por su proximidad a la comunidad, está en una posición clave para liderar estas acciones, adaptándose a las características de cada municipio y trabajando de la mano con vecinos, escuelas y servicios de emergencias.
Con planes bien diseñados y una comunicación clara, es posible reducir significativamente los incidentes y garantizar veranos más seguros para todos.
















