El déficit de agentes, que se hace notar especialmente en municipios pequeños, lleva años motivando reivindicaciones en las Policías Locales de Catalunya. La afluencia turística propia del verano agrava la carencia, sobre todo en las localidades costeras que multiplican población. Por primera vez, estos meses de julio y agosto una bolsa de un centenar de agentes interinos impulsada por la Conselleria d’Interior de la Generalitat busca paliar este agujero en las plantillas.
Fuentes de las Policías Locales de los pequeños municipios hacen una valoración positiva del refuerzo realizado por la Generalitat. Este apoyo sirve este verano a policías locales como las de Vilassar de Dalt y de Mar, Begues, Premià de Dalt, Montgat o Dosrius, en la provincia de Barcelona. O las de Constantí y El Vendrell, municipios de Tarragona que sufren la misma necesidad estacional.
El impulso de la medida ha contado con el visto bueno de la Associació de Caps i Comandaments de Policia Local de Catalunya (ACCPOLC) o la Federació de Professionals de la Seguretat Pública (FEPOL).
Pese a que la consejería asume que el interinaje no es la alternativa idónea, sí la entiende como una solución transitoria que puede marcar la diferencia. A ella se ha podido acceder a través de cualquier oposición policial, aunque no se consolida plaza. En ocasiones, los pequeños ayuntamientos se ven abocados a patrullajes de un solo agente por falta de efectivos, una práctica ampliamente rechazada por el peligro potencial que puede suponer para los policías si se enfrentan a una situación comprometida. Esta bolsa de interinos permite aliviar a los municipios para que al menos las patrullas trabajen en pareja.
Los propios ayuntamientos eran hasta ahora los responsables de suplir las necesidades específicas de la época estival. En esta ocasión, la convocatoria de la Generalitat de Catalunya, operativa desde mayo, busca cumplir esa función. Sobre todo en las áreas de playa, focos de hurtos e incivismo durante el verano y que requieren de una ayuda policial específica a los socorristas, apuntan fuentes policiales consultadas.
Ratios policiales por debajo de la media
Las ratios policiales están habitualmente en el centro de la conversación sobre la seguridad en los municipios. Los sindicatos presionan para incrementarlas y los alcaldes hacen malabares para justificar una presencia policial suficiente en las calles mientras los incrementos de población, tanto el endémico como los estacionales, les ponen contra las cuerdas.
Datos de la Diputación de Barcelona (DIBA) del 2023, los últimos disponibles, a los que ha accedido este periódico pone cifras al déficit policial en la provincia barcelonesa. Aunque legalmente no existe una ratio mínima, hay consenso en que la media catalana que calcula la Generalitat es una referencia válida. Ello pese a que fuentes policiales consultadas puntualizan que las ratios hay que ponerlas en contexto con las horas de las jornadas que realiza cada plantilla policial. Según los últimos datos de Interior, las policías locales catalanas tienen de media 1,65 policías por cada 1.000 habitantes.
Entre las grandes ciudades de la provincia barcelonesa, sólo la capital está por encima de esa ratio. Barcelona arroja una media de 2,08 policías por cada 1.000 habitantes, según datos del Ayuntamiento. La siguen Castelldefels (1,54); El Prat de Llobregat (1,54); Granollers (1,48); y Vilanova i la Geltrú (1,38), de acuerdo con los datos de la DIBA.
A la cola de las ciudades analizadas por la Diputación a partir de las propias respuestas de los ayuntamientos se sitúan Sant Cugat del Vallès (0,84 policías por cada 1.000 habitantes); Cornellà de Llobregat (1,07); y Manresa (1,08). Los grandes municipios de la provincia también se sitúan por debajo de la media catalana: L’Hospitalet de Llobregat registra 1,28 policías por cada millar de vecinos; Terrassa, 1,14; Sabadell, 1,10; y Mataró, 1,04.
















