Diversos municipios de escasa población de la Vall d’Albaida, en la provincia de Valencia, han sufrido una oleada de delincuencia que ha despertado la alarma social en sus vecindarios. Esta es una comarca con una elevada dispersión geográfica, en la que 19 de sus 34 pueblos no disponen de Policía Local por su reducido tamaño. Otros cuentan con un solo agente.
Por esta razón, los municipios están estudiando posibles fórmulas para impulsar «algún tipo de servicio de seguridad municipal» que agrupe a varias localidades. La mancomunidad de municipios admite que la propuesta es difícil de materializar, pero fue trasladada formalmente en febrero al subdelegado del Gobierno, José Rodríguez, en una reunión en la que ya se evidenció la preocupación de los representantes municipales.
Los pequeños ayuntamientos también piden que se les autorice a instalar cámaras de videovigilancia en puntos estratégicos como elementos disuasorios. La normativa condiciona la puesta en marcha de estos dispositivos a la existencia de cuerpos de Policía Local que deben conservar las grabaciones, con tal de garantizar la intimidad y la protección de datos.
El presidente de la Mancomunitat, Ismael Sanvíctor, indica que también tiene previsto abordar la problemática con la conselleria «para ver si podemos avanzar en ese tema».
El alcalde de Pinet, Gonzalo Catalá, hace un llamamiento «desesperado» a la Delegación del Gobierno para que se permita a los pueblos pequeños sin recursos económicos «mancomunar policías locales o agentes rurales» y colocar cámaras a las entradas de los términos. «No queremos tener acceso a las imágenes, pedimos que las custodie la Guardia Civil y no las podríamos mirar sin autorización de un juez», sostiene Catalá.
«Tenemos mucha gente de edad avanzada y hay mucho miedo a que les entren a robar, les causen algún daño y tengamos una desgracia», advierte el alcalde de Pinet. “Tenemos mucha persona mayor que vive sola. Entiendo que la Guardia Civil está saturada y no da abasto porque son muchos pueblos, pero necesitamos más medidas de seguridad», señala la alcaldesa de Terrateig, Silvia Ferrer.
Ante el temor a la delincuencia, después de varios incidentes, los vecinos de esta población de la Vall d’Albaida se están coordinando a través de un grupo de WhatsApp para avisarse entre ellos cada vez que alguien ve un coche sospechoso o alguna persona de fuera con comportamientos poco claros.
Para el alcalde del Palomar, Jordi Vila, la creación de un cuerpo supramunicipal de Policía Local resultaría inviable tanto por cuestiones legales como por los bajos recursos de los que disponen los ayuntamientos y los problemas que ya tienen las corporaciones que sí disponen de este servicio para cubrir sus escasas plazas. Vila pone el foco en la falta de agentes de la Guardia Civil destinados a la comarca y defiende la instalación de cámaras para mantener a raya a los delincuentes, aprovechando la falta de vigilancia.
El Ayuntamiento de Alfarrasí quiere firmar un convenio con la vecina localidad de Montaverner para agrupar sus policías y poder disponer de al menos tres policías para los dos pueblos. «En Alfarrasí tenemos un policía local muy eficiente, pero no puede estar siempre y estamos esperando que la Delegación de Gobierno conteste a la solicitud para ampliar otro puesto», apunta el alcalde. «Con tres policías por lo menos podríamos ordenar turnos y ampliar el servicio disuasorio».