Recientemente se ha difundido una instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad para los agentes encargados de la protección de mujeres víctimas de violencia de género, donde además de establecer unas nuevas medidas policiales para la gestión del riesgo, también se incide en el trato policial a las víctimas, dando una serie de pautas de actuación que debieran redundar en “crear un clima cálido y de confianza” con estas.
Presenta la instrucción una serie de pautas diseñadas para mejorar la calidad de la entrevista con la mujer, promoviendo una comunicación efectiva y adaptada que garantice la protección y el bienestar de la víctima. Entre otras:
La entrevista debe realizarse en un lugar reservado que permita a la víctima expresarse libremente, respetando su intimidad. Y en la medida de lo posible, no debe haber un límite de tiempo para la entrevista.
El personal policial debe saludar a la víctima, identificarse y acordar el trato mutuo. Para romper el hielo, deben comenzar con temas neutros para generar un clima de confianza, que permita evaluar el estado emocional de la víctima y adaptar la intervención en consecuencia.
Continúa indicando la instrucción que se debe explicar el proceso de la entrevista y la intervención en general, para reducir la incertidumbre de la mujer, y trasladarle que su bienestar y protección es lo más importante, para que se sienta segura y no limite la información aportada, especialmente aquella que les permitan valorar todos los factores de riesgo.
El personal policial debe ser capaz de adaptar su estilo de comunicación a las necesidades emocionales de la víctima. Escuchar sin interrumpir, participar mínimamente al principio. No se deben emitir juicios ni valoraciones.
Muy importante es mantener una escucha activa, una mirada atenta, reconocer sus emociones y atender a las señales no verbales de la víctima, como su lenguaje corporal, tono de voz y expresiones faciales. Si la víctima se queda en silencio, es importante darle tiempo para que continúe su relato sin presionarla. Después de escuchar, si hay aspectos que no han sido aclarados, es el momento de hacer preguntas, formulándolas de manera abierta para evitar respuestas de “sí” o “no”.
El personal policial también atenderá a su propio lenguaje no verbal para no trasladar actitudes contradictorias. No debe cerrarse la intervención sin dejar claro a la víctima cuáles son los recursos que tiene a su disposición.
Finalmente, es fundamental reconocer y valorar su esfuerzo durante el proceso, e importante que la víctima sea informada claramente sobre los próximos pasos a seguir en el procedimiento, para ayudar a reducir su nivel de incertidumbre y brindarle una mayor sensación de seguridad.